Si bien es verdad que cualquier empresa puede innovar, independientemente del sector de actividad en el que opere y de su tamaño, también es cierto que para que la innovación empresarial llegue a buen puerto es necesario que las empresas tengan en cuenta algunos aspectos que van a marcar una gran diferencia entre el fracaso y el éxito de los procesos que se pongan en marcha.
1. No dejes de mirar a tu alrededor
Uno de los principales errores que cometen muchas empresas es mirar durante demasiado tiempo hacia dentro de la propia organización y dejar en segundo plano todo lo que pasa en el entorno de la compañía.
Actualmente, las empresas conviven en un mercado que cambia a una velocidad muy alta, sobre todo debido a la globalización y al rápido desarrollo de Internet y de las nuevas tecnologías.
Es por ello que todas las innovaciones que se pongan en marcha deben ser coherentes con estas circunstancias, ayudando a la empresa a moverse en la misma dirección y a la misma velocidad del propio mercado.
Ademaás, de forma continua se deben acometer procesos de reflexión interna enfocados al análisis del entorno, que va a resultar clave para generar buenas oportunidades de innovación.
2. Escucha a tu cliente
Cualquier actuación de innovación que se ponga en marcha y a la que se dediquen recursos debe poder percibirse como algo positivo desde la perspectiva del cliente: mejores productos, mejores plazos de entrega, precios más competitivos, etc.
Para ello es necesario que conozcamos a la perfección cuáles son las necesidades y las expectativas que nuestra empresa debe cubrir.
Así, cualquier empresa debe tener claro:
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Qué valor aporta al mercado.
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Quiénes son los clientes y qué esperan de nosotros.
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Cómo se organizan las operaciones en la empresa para satisfacer las expectativas de los clientes.
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Cómo se acaba llegando al cliente.
Cuando todo esto se tenga claro será mucho más fácil definir actuaciones de innovación que verdaderamente respondan a lo que los clientes quieren y valoran, con todo lo positivo que esto supone.
3. Planifica y gestiona tu innovación
La innovación no puede ser algo aleatorio ni que se desarrolle de cualquier forma en la empresa, sino todo lo contrario. Es por ello que se debe implantar en la empresa todo un proceso de innovación que sea gestionado de forma adecuada para que los resultados sean los esperados.
Para ello, en la empresa se deben definir, incluso documentar, procedimientos de trabajo dirigidos a:
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Describir a través de qué canales y fuentes se generan comparten ideas de innovación.
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Establecer las herramientas de innovación a usar en la empresa.
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Describir los criterios de selección de ideas.
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Estandarizar la gestión de proyectos de innovación, incidiendo especialmente en la planificación de los mismos.
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Establecer planes de explotación de resultados.
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Definir responsabilidades en torno a la innovación.
En definitiva, implantar un sistema de gestión de la innovación que incorpore la innovación en la estrategia general de la empresa, por ejemplo a través de la norma UNE 166002.
Teniendo en cuenta estos 3 pilares, las probabilidades de éxito del proceso de innovación crecen exponencialmente, permitiendo con ello alcanzar a las empresas niveles de competitividad mucho mayores.