No cabe duda de que la innovación empresarial depende en gran medida de la participación colectiva de todo el personal de una empresa. De esta forma, aquellas organizaciones que no integran a todos sus empleados en los procesos de creatividad e innovación, están desaprovechando un potencial importante que puede marcar la diferencia con otras empresas competidoras.
Cualquier persona, independientemente del cargo que ocupe en la empresa, puede aportar cosas importantes a las acciones de innovación que se lleven a cabo. No obstante, hay que dejar claro que, cuando hablamos de innovación, no tenemos por qué estar hablando obligatoriamente de grandes proyectos de investigación y desarrollo tecnológico. Se trata de dar respuestas diferentes y eficaces a las necesidades que se puedan identificar en cualquier ámbito de la empresa.
Así, resulta imprescindible aprovechar al máximo la inteligencia colectiva de toda la plantilla, entendiendo como inteligencia colectiva aquella que surge de la colaboración de un grupo de personas, aprovechando al máximo todo el know-How disponible y el potencial creativo de todo el grupo.
En este punto, existen diversas formas de conseguir que todo el personal de una compañía se sienta partícipe de la innovación de la misma. Por ejemplo, algunos aspectos que son claves para conseguirlo son:
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Conseguir que los empleados conozcan la política de innovación de la empresa. La plantilla de una compañía no puede participar de su innovación si no conoce cuáles son sus objetivos, qué necesidades existen, que logros se están consiguiendo, etc.
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Diseñar y establecer canales de comunicación adecuados. Para que los empleados pongan su conocimiento e ideas a disposición de la empresa es necesario que existan canales de comunicación para poder hacerlo. Por ello, las empresas se deben plantear si sus sistemas de comunicación actuales permiten que cualquier persona pueda exponer sus ideas cuando se necesite.
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Todas las colaboraciones e ideas de los empleados deben ser apoyadas. Esto no quiere decir que se deban aceptar y poner en práctica todas las ideas que los empleados aporten, ya que con total seguridad no todas serán válidas. Sin embargo, siempre se debe mostrar el entusiasmo y el agradecimiento por haberlas recibido. Una forma de hacerlo, por ejemplo, sería establecer programas de incentivos a los empleados en base a su aportación al proceso de innovación.
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Involucrar a empleados de todas las áreas de la empresa en sesiones de brainstorming. En muchas ocasiones, contar con personas sin una relación directa con el problema a resolver, puede suponer una importante fuente de ideas que permita encontrar la solución ideal.
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Identificar a los líderes de la plantilla e involucrarlos en las acciones de innovación. En este sentido, los líderes son aquellas personas de referencia para otros empleados. Si conseguimos que estos participen activamente de la innovación corporativa, seguro que otros empleados también lo van a hacer.
Con estos consejos, seguro que sientas las bases en tu empresa para conseguir que toda la plantilla participe del éxito de las innovaciones puestas en marcha, aspecto que sin duda se convertirá en uno de los principales activos de la compañía.