A veces se tiende a pensar que la estrategia financiera es algo lineal, cuando en realidad definir una buena estrategia financiera de una empresa es tan necesario como difícil. Existen ciertos sesgos o errores básicos que se suelen cometer en empresas de todo tipo, desde empresas consolidadas en el mercado hasta en startups. Descubre 5 de estos graves errores que debes evitar a toda costa.
No tener un plan B
No hay que pensar que existe una sola opción válida, que es la que hemos elegido, sino abrir más el foco. Al definir una sola estrategia tendremos la tendencia involuntaria de buscar información que vaya en la misma dirección que la decisión que hemos tomado. Esto puede generar una visión “deformada” de la realidad que genere graves problemas financieros. En vez de eso es mejor tener siempre un plan B preparado, y todavía mejor si hay un plan C, D, E, etc. Así, si la estrategia financiera elegida no funciona o se atasca, se podrá replantear mucho más fácilmente.
No pensar en la tesorería
Tener dinero en la cuenta de la empresa es bueno, pero no lo es todo. Hay que tener en cuenta factores como plazos de pago, de cobro, necesidades financieras, etc. y tener una previsión de las fluctuaciones de dinero para mantenerlo bajo control.
Equiparar deuda con capital social
Esto a veces ocurre cuando una empresa recibe financiación, ya sea privada o pública. Hay que tener en cuenta que las deudas no aportan valor, ni son una inversión en sí. Eso dependerá del uso que se haga de ese dinero para generar ingresos, reducir costes, y además devolver el dinero con los intereses pertinentes.
No incluir la incertidumbre en la estrategia
Por muy estudiada que sea una estrategia financiera, hay que tener en cuenta que es muy probable que no todo suceda tal y como estaba planeado. Hay muchísimos factores que pueden evolucionar diferente de lo previsto, además de sucesos inesperados que no se habían tenido en cuenta. Por ejemplo, pueden variar los costes, los tiempo, el comportamiento de la competencia, el impacto de las campañas de comunicación, etc. Hay que tener en cuenta la volatilidad y la incertidumbre para que nuestra estrategia pueda adaptarse con flexibilidad.
Olvidarse de los intangibles
Tener en cuenta los bienes tangibles en el activo de la empresa es algo obvio que todas las sociedades hacen. Pero curiosamente no siempre pasa lo mismo con los intangibles. Hablamos de softwares, prototipos, etc., en lo que se invierte tiempo y dinero y que podrían generar un gran impacto financiero en la empresa a corto o medio plazo.