A veces, los viajeros de negocios pueden ser el blanco de estafas y engaños, sobre todo los más inexpertos o los más jóvenes. Hoy recogemos en este post algunos de los timos que te puedes encontrar durante tus desplazamientos profesionales.
Uno de los más modernos afecta a las tarjetas bancarias, que suele encontrarse en Asia, generalmente en tiendas o en restaurantes. Cuando el viajero se dispone a pagar con su tarjeta, resulta que el TPV no funciona, o bien está detrás del mostrador. Por lo que el camarero o empleado se lleva la tarjeta bancaria para realizar la operación durante unos minutos, en los que le da tiempo de realizar un duplicado de la tarjeta e incluso de copiar el código de seguridad de detrás de ésta, para así utilizarla para sacar dinero en un cajero o comprar algún artículo caro…
Otro engaño habitual en ciertos restaurantes, en este caso para pagos en metálico, es hacer creer que falta dinero para el pago de la factura. Cuando el camarero se lleva el dinero depositado por el viajero en la bandeja con la nota, vuelve al cabo de unos segundo, para decir que no hay suficiente dinero. Y es que un billete ha ido a parar por arte de magia a su bolsillo. Por eso es mejor contar bien el dinero antes de que se lo lleven, incluso si hace falta decirle al camarero el cambio se espera recibir.
Un clásico en Asia, que sigue funcionando entre los más inexpertos, es el del falso control hotelero. En el hotel, un hombre de uniforme e identificado como trabajador del hotel llama a la puerta para una inspección de la habitación. Le pide al huésped que le acompañe para la verificación, que normalmente empieza en el cuarto de baño. Pero mientras el timador habrá dejado la puerta mal cerrada, o incluso habrá pedido al huésped que la deje abierta para que entre su ayudante, y un cómplice lo aprovechará para entrar rápidamente y coger los objetos de valor a la vista, como carteras, cámaras o portátiles.
Las carreras en taxi también pueden ser problemáticas. Nos podemos encontrar falsos taxistas, difícilmente reconocibles, que solamente se diferencian de los auténticos… en la velocidad del taxímetro. Este timo, habitual en América Latina, hace que el taxímetro marque fácilmente el doble del precio habitual, y resulta muy difícil de detectar. Para evitarlo, no está de más preguntar en el hotel el precio aproximado de la carrera que queremos realizar, o incluso pedir allí mismo que nos pidan uno.
Existen cientos y cientos de tipos de timos, ¡así que tendrás que estar alerta en tus desplazamientos profesionales!
