Recientemente se han aumentado los controles de seguridad de los equipajes de mano en todos los aeropuertos españoles. Estas nuevas inspecciones, que han entrado en vigor hace un mes, se deben a la adopción de la norma europea 2015/187, que obliga a Aena a efectuar controles adicionales de trazas de explosivos.
Esta medida, vigente desde el 1 de marzo pasado, se debe a datos recientes que apuntan a que terroristas internacionales están consiguiendo ocultar artefactos explosivos en su equipaje de mano con nuevos métodos, por lo que se ha decidido reforzar y aumentar los controles.
A la práctica, esto supone un aumento de la lista de objetos que deben ser analizados por separado del resto del equipaje. Hasta la fecha, se trataba solamente de ordenadores portátiles, tablets y ebooks. Ahora, también se tiene que controlar por separado objetos como cámaras de vídeo o de fotografía, móviles, calculadoras de bolsillo, radios, secadores, planchas de pelo, maquinillas de afeitar, cepillos eléctricos, walkman, máquinas de coser portátiles o incluso juguetes a pilas.
Según Aena, la implantación de estas nuevas medidas supondrá un coste de cerca de 17 millones de euros. La compañía ha asegurado que no se aumentará el tiempo de espera en esos controles, gracias al refuerzo de los puestos de control con más personal, para así adaptarse a las nuevas circunstancias. Además, para preservar y asegurar la privacidad de los viajeros, se dispondrán de mesas con laterales elevados, que permitan más intimidad a los pasajeros para la inspección de equipaje.
En cuanto a la normativa relativa a los líquidos, no ha habido modificaciones. Se sigue limitando el transporte de líquidos, cremas, aerosoles o geles a envases de como máximo 100 mililitros de capacidad, que tienen que guardarse en una bolsa de plástico transparente que se pueda abrir y cerrar con una capacidad máxima de un litro.
