Todas las empresas dedican infinitos esfuerzos al cuidado y retención de clientes. Ellos son la fuente de ingresos de la empresa. De todas formas, es importante dedicar tiempo a otros asuntos relacionados con el correcto funcionamiento de la empresa que suponen, de manera indirecta, un aumento de los beneficios.
Una de las principales razones por las que quiebran las empresas son por problemas financieros. Esto no viene solo de la pérdida de clientes, o mala gestión de gastos, si no de no aprovechar oportunidades que pueden permitir una mejora de las finanzas de la empresa sin poner a los clientes por medio.
1. Optimización de la tesorería
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Prevé los pagos y cobros que se hacen en momentos puntuales del año. La falta de esta previsión es la que hace a la empresa tener puntas de tesorería y problemas de liquidez en momentos cruciales del año.
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Cambia los vencimientos de los pagos a proveedores. Para poner orden a las finanzas de la empresa, una buena idea es fijar un día al mes que esté destinado a pagar facturas.
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Reduce el inventario. Lo ideal es ajustar en un periodo determinado de tiempo la rotación del inventario para asegurarse cumplir con las normas del sector.
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Alquilar vs. Comprar. El alquiler te permitirá no tener capital inmovilizado y material desactualizado. Además te permitirá valorar qué es lo que realmente necesitas y qué puedes dejar de alquilar.
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Flujo de caja en la red. Se puede mejorar notablemente la tesorería con servicios de contabilidad online. Estos reducirán drásticamente la carga de trabajo y permitirán que el contable trabaje de manera más efectiva y rápida.
2. Reducción de los gastos
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Optimiza los gastos de aprovisionamiento. Negocia y colabora con proveedores e intenta que sean ellos los que gestionen el stock de tu empresa.
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Personal. Este es un tema muy tratado pero, de manera resumida: disminuye el salario fijo y aumenta el variable, reduce horas extraordinarias y compénsalas con tiempo libre y contempla el pago en especie.
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Gastos deducibles. Piensa qué gastos pueden ser deducibles en tu empresa, como los consumos de explotación, algunos tipos de IVA, gastos de investigación y desarrollo, la contratación de ciertos tipos de empleados, etc.
3. Diversificación bancaria
El entorno financiero español se caracteriza por estar excesivamente bancarizado. Esto significa que tanto la pequeña y mediana empresa como el autónomo dependen al 100 % de la financiación bancaria. Es decir, existe una centralización de poder en una sola entidad.
La diversificación bancaria no hace referencia a utilizar distintos bancos, ya que todos dependen del Banco de España el cual, junto al gobierno, marca las políticas monetarias que van a llevar a cabo el resto de bancos.
La diversificación bancaria se refiere a la diversificación de las fuentes de financiación, con el objetivo de dejar de depender del todo de los bancos.
La diversificación es un simple instrumento que se utiliza como estrategia de contención de riesgo de las empresas y que, además proporciona beneficios adicionales tales como:
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La mejora de las condiciones de financiación
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Posibilidad de mover el dinero entre las diferentes cuentas según las necesidades del momento
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Mejor oferta de productos bancarios y personalización de las soluciones de financiación.
4. Controla y gestiona el riesgo financiero
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Evalúa la rentabilidad de cada gestión. Parece obvio, pero es importante recordar que, cuanta más información tengas, menor será el riesgo.
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Diversifica. Como se ha comentado antes, es importante tener una pool financiero amplio para incrementar la seguridad del capital.
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Evalúa los resultados. Cada vez que obtengas los resultados de una operación, estúdialos con detalle para analizar qué se ha hecho bien y qué podría mejorarse.
Ten en cuenta las comisiones ocultas. Estudia bien los contratos de financiación y asegúrate de que estás enterado de qué estás pagando y cómo.
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