Para vencer a tu competencia, además de ser más eficiente con los costes, debes establecer una estrategia de diferenciación. A día de hoy esta distinción se traduce en la llamada innovación empresarial a través de la cual una organización intenta mantener o desarrollar ventaja competitiva.
Sistematizar y adaptar la innovación empresarial a las necesidades concretas de cada compañía es la clave de su éxito. Éste se traduce en el aporte de algo novedoso al sector o industria en el que la firma lleva a cabo su actividad y en la obtención de beneficios como consecuencia del impacto positivo de la estrategia seguida.
El principal obstáculo que debe sortearse en estos casos es la incertidumbre. A diferencia de la empresa tradicional que busca aumentar sus beneficios a partir de una estrategia convencional, las compañías que apuestan por la innovación persiguen el éxito a través de lo nuevo.
En el futuro desconocido se basan tanto el éxito como el miedo a afrontar una estrategia de este tipo. El motivo por el cual una compañía debe aventurarse a diseñar y ejecutar una estrategia de innovación empresarial es que con lo convencional ya no es suficiente para lograr el éxito.
A la hora de planificar una estrategia de este estilo debemos conocer nuestro punto de partida y el del sector en el que nos movemos. Medir el grado de innovación de nuestra industria es fundamental para conocer el impacto que esto tendrá en nuestra planificación. En este sentido, una de las claves es conocer la innovación tecnológica del sector para orientar nuestros esfuerzos correctamente.
La resistencia al cambio de nuestro equipo y el coste que ello conlleva es otro de los factores que debemos analizar. En definitiva, como en cualquier estrategia de gestión empresarial, debemos valorar el coste del plan de innovación para lo cual no solo hay que tener en cuenta el tamaño de nuestra organización sino también los problemas que enfrentaremos, diseñando en lo posible un plan de contingencia.
A nivel interno es imprescindible tener una estrategia de gestión del cambio y, mirando hacia el exterior de la empresa, contar con un área dedicada a interactuar con quienes están fuera de la organización. Debemos empaparnos de lo que pasa del otro lado para enriquecer a nuestro equipo, desarrollar la creatividad y elaborar nuevas ideas que den soluciones a las necesidades de nuestros clientes.
En la actualidad, cuando hablamos de innovación, las nuevas tecnologías tienen un papel crítico, en especial todo lo relacionado con el tratamiento de datos. La discriminación de esta información es determinante para el éxito de la estrategia de innovación, siendo clave que el equipo dedicado a ejecutar el plan trabaje solo con aquellos datos que sean necesarios.
Por último, como toda estrategia que diseñemos, su aplicación no solo tendrá impacto en nuestro equipo sino que sus efectos también se notarán en clientes y proveedores. Parte del éxito del plan de innovación empresarial radica en no perder de vista nuestro entorno y desarrollar productos y servicios que añadan valor tanto a la compañía como a nuestros clientes.
En definitiva, diferenciarse a través de una estrategia de innovación empresarial es una tarea arriesgada por el grado de incertidumbre que debemos afrontar. Sin embargo, construyendo un plan en base a un análisis del punto de partida, los aspectos fuertes de nuestro negocio y un equipo comprometido con el proyecto y el entorno, hoy en día es la apuesta más acertada para lograr los resultados deseados.