Los programas de incentivos y recompensas, que muchas veces incluyen viajes para los empleados más destacados, pero también puede ser un premio económico, un diploma, una cena de gala, etc., son soluciones orientadas a mejorar los resultados de las empresas.
La mejora de resultados no solo hace referencia a la productividad o aumento de los beneficios de la organización, sino que también se puede premiar la eficiencia, el desempeño o el nivel de compromiso de los empleados.
Tipos de programas
Los más conocidos y usados son los programas de incentivos dirigidos a la fuerza de ventas, estableciendo recompensas para los profesionales o equipos de trabajo que consigan mejores resultados.
No obstante, en los últimos años los sistemas de incentivos y recompensas se han extendido a la mayoría de áreas de las empresas, estructurándose mucho más, puesto que a cada profesional se le asigna un objetivo individual que cumplir.
Bajo este esquema, se pueden poner en marcha programas enfocados a profesionales de distintas áreas e incluso para todo el personal. Según convenga, existe la posibilidad de establecer metas personales o grupales y también mixtas. Es decir, los objetivos grupales se pueden asociar a metas individuales.
También es posible extender los beneficios a clientes externos y a proveedores. En este caso, lo resultados premiados pueden ser la fidelidad de un cliente con una marca, producto o servicio o la implicación o identificación con la empresa de un determinado proveedor.
La estrategia
Una buena estrategia de viajes y otros premios de incentivos debe seguir una hoja de ruta que pase necesariamente por los siguientes puntos:
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Adecuación a objetivos. Los programas de incentivos deben servir para incentivar y premiar el logro de unos objetivos realistas y medibles.
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Alineación con la estrategia de marketing de la empresa. El programa de incentivos no debe plantearse de una forma aislada, ya que forma parte de la estrategia global de marketing de la empresa, sobre todo interno y algunos casos también externo.
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Costos. Los costos varían muchísimo en función del número y tipo de viajes y otras actividades a realizar, número de empleados de la empresa y alcance del programa. En cualquier caso, los gastos han de contabilizarse en la partida presupuestaria correspondiente según lo acordado por la organización.
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Implementación. Puesto que los incentivos son una herramienta de marketing con poder de influencia sobre diversos aspectos, a la hora de preparar e implementar un viaje y otra actividad se deben tener en cuenta diversas líneas de objetivos:
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Premiar a los profesionales más destacados y/o los resultados positivos obtenidos.
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Mejorar la imagen externa (entre los clientes reales y potenciales) e interna (entre los propios empleados) de la organización.
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Animar e incentivar al conjunto de empleados (no sólo a los premiados).
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Fidelizar a profesionales, proveedores y clientes.
Conclusión
La comprobada eficacia de los viajes y otros incentivos para mejorar los resultados de la empresa y fomentar su imagen asegura la buena salud del sector, tanto presente como futura. No obstante, el contexto económico hace que la tendencia sea la contención de gastos y la selección de los programas que sean realmente útiles, tratando de asegurar el retorno de lo invertido.
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