Mucho se habla de lo importante que es la innovación empresarial para mejorar los resultados de las empresas, sobre todo en el actual mercado altamente competitivo. Varias son las herramientas que se pueden implementar para favorecer el proceso de innovación. No obstante, vamos a destacar entre ellas la creatividad como potente fuente de ideas.
La creatividad, aplicada a tu empresa, es la capacidad de tu organización para producir soluciones originales a las necesidades o problemas planteados, todo ello gracias a la generación de ideas diferentes a las convencionales.
Uno de los grandes obstáculos que frenan la creatividad es el pensamiento extendido de que la creatividad es una cualidad innata que poseen algunas personas. Si eres de este grupo, te vamos a enseñar en este post hasta qué punto la creatividad puede y debe entrenarse para sacarle el máximo rendimiento.
Así, no se trata de una opinión subjetiva de ningún experto en innovación, sino un hecho probado que tiene un fundamento fisiológico. Cuando tu cerebro está funcionando, lo hace a base de conexiones, de forma que existen 2 tipos de pensamiento:
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Pensamiento convergente: es el pensamiento tradicional en el que se establecen las conexiones normales, las que van solo en una dirección.
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Pensamiento divergente o lateral: es en el que se establecen conexiones en múltiples direcciones. Aquí se establecen nuevas conexiones que persiguen probar nuevas cosas. Por tanto, es este tipo de pensamiento el que genera innovación.
Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo, es necesario que entrenes tu cerebro para que use el pensamiento divergente. Para ello, existen distintas técnicas que, utilizadas de forma planificada y coherente, te permitirán fomentar al máximo tu creatividad. Algunas de las prácticas que puedes poner en marcha en tu empresa para fomentar la creatividad del equipo son las siguientes:
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Brainstorming: se trata una técnica muy eficaz a través de la cual se busca obtener muchas ideas diferentes para solucionar un problema o una necesidad concreta.
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Enfoca tu creatividad: ya hemos comentado que la creatividad debe aportar soluciones a necesidades concretas. Por tanto, mientras más definidos estén los objetivos a perseguir, más fácil será explotar la creatividad del equipo.
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Todas las ideas aportan al resultado final. No debes poner trabas a la generación de ideas. Incluso aquellas ideas que a priori parecen inadecuadas, pueden provocar que surjan otras ideas que sí se acerquen a lo que buscamos.
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Puedes formar a tu equipo en técnicas como el pensamiento lateral, los mapas mentales, el TRIZ, etc.
Estos son solo algunos ejemplos de buenas prácticas que permitirán favorecer la creatividad en tu compañía. No obstante, tienes que tener en cuenta, como se suele decir, que la creatividad es un 1 % de inspiración y un 99 % de trabajo, así que a trabajar por ella, los resultados merecen la pena.