Las conciliaciones bancarias no tienen como objetivo hacer coincidir los saldos de bancos que tiene registrados la empresa con los de los extractos de esas cuentas. Su finalidad, por el contrario, es identificar con claridad qué es lo que ha generado la diferencia.
Existen una serie causas que suelen ser la razón de esa diferencia, y que debemos tener en cuenta al realizar las conciliaciones bancarias:
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Cheques no liquidados
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Consignaciones no abonadas
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Notas de débito o crédito no registradas
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Error al registrar un concepto o un valor
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Error de la entidad bancaria
Normalmente, los cheques se contabilizan en los registros cuando son emitidos, y no cuando son cobrados. Por eso, suele ser una causa de descuadre cuando existe algún cheque que aún no haya sido liquidado por el beneficiario. El caso contrario serian las consignaciones registradas en los libros auxiliares que el banco aún no ha abonado a la cuenta de la empresa.
Las notas de débito que el banco ha cargado en la cuenta de la empresa, o notas de crédito que el banco ha abonado, y que aún no se han registrado en su auxiliar son una fuente de errores también. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si tenemos domiciliado algún tributo, como el IBI, que nos han cobrado pero no hemos incluído aún en los registros, o bien un anticipo de algún cliente al que aún no le hemos emitido la factura.
Por mucho cuidado que tengamos, los errores de la empresa al registrar los conceptos y los valores pueden ocurrir. Cambiar la coma de sitio en un valor, registrar un gasto en la cuenta equivocada, escribir mal o intercambiar números en un valor… Los tipos de errores son múltiples.
No solamente las empresas se equivocan, los bancos también pueden cometer errores al liquidar determinados conceptos. Uno de los más comunes, por ejemplo, es cobrar o abonar un importe en una cuenta equivocada si tenemos varias cuentas corrientes o de ahorro en una misma entidad bancaria.