Conseguir el crecimiento de tu empresa a través de los negocios internacionales no es un objetivo fácil. De hecho, hay muchos beneficios en juego pero también riesgos. Por este motivo te hemos preparado unos consejos de bolsillo que no te puedes perder.
En un mundo con una economía globalizada como el actual muchas empresas ven su posibilidad de crecimiento a través de la internacionalización. Cada vez más plantearse penetrar en mercados lejanos es menos un sueño y más una realidad. Aunque el concepto aldea global de un estadio teórico es válido, a la práctica, en los negocios internacionales es indispensable tener en cuenta las particularidades culturales de cada país. Es decir, lo conocido como cross cultural. De hecho, el cross cultural es un concepto que hace referencia a una visión panorámica y global de la cultura, detectando y asumiendo las diferencias de las nacionalidades y grupos, pero siempre con una vocación integradora. Se busca la armonía en las relaciones inter y transculturales, explorando la manera de aprovechar los distintos rasgos culturales para sumar fuerzas con el objeto de lograr unas metas concretas. Poder contar con este acercamiento puede ayudar a preparar las negociaciones.
Por otro lado, es recomendable crear un equipo de negociación que será la cara visible de la empresa. Un equipo en el cual vamos a incluir desde el intérprete hasta los asesores legales pasando por los portavoces de la empresa. Es imprescindible tener presente la importancia de mantener estas piezas durante el periodo de negociación ya que en los negocios internacionales es decisivo transmitir solidez y confianza. Por tanto, un cambio permanente de los interlocutores puede producir mala impresión.
También hay que tener en cuenta si la empresa va a marcar una líneas rojas que no se pueden sobrepasar en las negociaciones. O, por el contrario, se va intentar hacer uso de la flexibilidad. Como todo hay pros y contras para ambas. Pero, ante todo, hay que tener presente que una vez conseguido un acuerdo, automáticamente, se establece un compromiso de actuación.
Finalmente, igual de importante es saber cuando los esfuerzos, recursos, económicos y humanos, llegan a su límite. Por tanto, hay que estar preparado para saber cuando una negociación ha agotado sus posibilidades. No siempre se gana.