A veces los negocios llevan a los viajeros de empresa a países, regiones o ciudades que se pueden considerar como difíciles: con conflictos, altos índices de delincuencia o violencia callejera, etc. Por eso es importante seguir unas normas o consejos, para maximizar la seguridad y las precauciones, y así evitar potenciales problemas durante los desplazamientos de empresa.
Antes de iniciar el viaje lo ideal es informarse acerca de la realidad que está viviendo ese lugar al que se dirige el viaje de empresa. Hay que saber qué se va a encontrar al llegar allí para estar preparado o preparada. Lo mejor es no conformarse con fuentes oficiales, mira en fuentes (prensa, webs, foros) de otros países para saber mejor a qué atenderte. No es mala idea contactar con la embajada española en el país de destino, donde seguramente nos puedan dan consejos y directrices útiles.
La discreción también es un factor importantísimo. Ropa discreta, no demasiado lujosa ni con colores demasiado llamativos, nada de joyas o relojes caros. Lo mejor es intentar fundirse con la gente local, pasar desapercibido en la medida de lo posible.
No hay que olvidar por supuesto el sentido común. No compartir taxi con un desconocido, ni subir solo en el ascensor con un desconocido, conducir con los cierres de las puertas del coche bloqueados, vigilar bien el bolso y las maletas, etc. Otro truco es tener siempre encima dos carteras, una con algo de efectivo y algún documento, además de la cartera “buena”. Así en caso de atraco tendremos algo que dar al agresor sin tener que desprendernos de todo.También podemos guardar una lista de teléfonos y direcciones de emergencia: un hospital cercano, la policía, la embajada, etc.
Además, en caso de tener que salir solo, ya sea para algo personal o profesional, no está de más avisar a alguien. Mandar un mensaje tipo “Me voy a tal lugar, regresaré/llegaré en tanto tiempo”, y enviar otro mensaje al llegar o al regresar al hotel. Así, si ocurre cualquier cosa, siempre habrá alguien que sepa nuestro paradero y pueda dar la voz de alarma.
En caso de agresión, robo, etc., lo mejor es mantener la calma, no mirar a los ojos al agresor y sobre todo no intentar hacerse el héroe.