Los viajes de empresa pueden ser muy estimulantes: son una oportunidad para hacer networking, conocer nuevas regiones, encontrar oportunidades profesionales… Pero también pueden ser extenuantes, tanto física como mentalmente. A continuación, te proponemos algunos trucos para que tus desplazamientos corporativos resulten menos cansados y puedas estar más en forma durante esos días.
Para evitar el cansancio físico generado durante los viajes de empresa, es recomendable no apurar mucho el momento de la llegada al lugar de destino, especialmente si se trata de viajes largos. Siempre que sea posible, vale más llegar con un poco de antelación, mínimo una noche antes, para poder descansar del viaje, aclimatarse y situarse, para emprender el trabajo con las pilas bien cargadas.
No está de más tampoco hacer un poco de ejercicio físico durante el viaje, para propiciar el bienestar y descansar mejor después. Muchos hoteles disponen de piscina o gimnasio para sus clientes, pero tampoco es indispensable ninguna instalación exclusiva, siempre es posible salir a la calle y, simplemente, correr un poco. Tomar el aire y hacer ejercicio siempre es positivo y, además, conocer el entorno siempre te deparará alguna sorpresa interesante.
Cuidado también con el jet lag, que puede afectar mucho al organismo. Para los más disciplinados, es ideal poner el reloj a la hora del destino al iniciar el desplazamiento, e intentar adaptarse ya a los nuevos horarios durante el vuelo o el viaje en tren. Cómo sobreponerse al jet lag ha hecho correr ríos de tinta y cada uno tiene su recta particular (pasa un poco como con los remedios para la resaca). Si quieres leer un artículo completo sobre el tema, te recomendamos este. Exponerse al sol y vencer el sueño hasta adaptarse al horario local es fundamental para conseguir regular los ciclos de sueño y vigilia.
El descanso, tanto durante el trayecto como durante la estada, es muy importante. Así que no es mala idea equiparse de tapones para los oídos y un antifaz para dormir sin molestias. Recuerda que la hidratación es otro factor importante, los ambientes secos como los de los aviones la afectan, así que recuerda consumir agua regularmente. Piensa en no sustituirla; es recomendable vigilar el consumo de bebidas con cafeína como el café o el té (especialmente aquellos tés con una mayor concentración de cafeína), que excitan el cerebro y el sistema nervioso, así como el alcohol, que, aunque produce somnolencia perjudica la calidad del descanso.
Además, no hay que menospreciar los efectos que produce el cansancio mental sobre el estado físico general del viajero. Así que es mejor intentar evitar las posibles fuentes de estrés siempre que sea posible. En esto juegan un papel muy importante la antelación y la previsión: hacer una lista de lo que hay que llevar para estar seguro de no dejarse nada, llegar con antelación al aeropuerto para tener tiempo de sobras para facturar el equipaje y pasar los controles, revisar que todas las reservas sean correctas antes de salir, llevar copias de la documentación importante en una memoria usb o tenerlas en la nube, es una fuente de tranquilidad. Así que ya lo sabes, ¡organízate con tiempo!