Hacer una auditoria contable de las cuentas anuales no siempre se limita a ser una buena práctica de las empresas, sino que puede ser una obligación en determinados casos. Existen una serie de casos en los que un negocio o compañía está obligado a auditar. Aunque hay muchos, te presentamos los más habituales.
Una empresa tiene que hacer una auditoría contable cuando cumpla dos de estas condiciones durante dos ejercicios seguidos:
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Tener una facturación de más de 5,7 millones de euros
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Tener un total de activos de más de 2,8 millones de euros
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Tener una media de trabajadores que sea de más de 50 trabajadores durante el ejercicio
Estos no son los únicos casos, existen muchos diferentes. Por ejemplo, a parte de las condiciones presentadas, se tendrá que auditar si lo solicitan los socios que representen como mínimo el 5% del capital social. Además, también tiene esta obligación las empresas que coticen en cualquier Bolsa oficial o que emita obligaciones en oferta pública. Otro caso habitual es cuando la sociedad reciba una subvención, y que ésta tenga establecida en sus bases la obligatoriedad de pasar una auditoría contable. Lo mismo ocurre con las empresas que reciban subvenciones o ayudas de más de 600.000 en total, ya sea de la administración pública o de fondos de la Unión Europea.
Hay que tener en cuenta todos los factores que pueden determinar la obligatoriedad o no de realizar una auditoría contable, ya que en caso de no hacerlo cuando es necesario, o incluso presentarla tarde, puede implicar el cierre del Registro Mercantil, además de una multa que puede ir de los 1.202,02 euros a 60.101,21 euros. Además, en el caso de las empresas con una cifra de negocios de más de 6 millones de euros, la multa puede ascender hasta los 300.506 euros.
