La innovación en los procesos dentro de las empresas es clave para conseguir mejores resultados y dar un salto de calidad frente a la competencia. Muchas de las grandes compañías que conocemos hoy han alcanzado ese estatus gracias a sus innovación empresarial.
Cuando hablamos de innovación empresarial existen diferentes definiciones, pero todas giran alrededor de la misma idea. Según el Manual Frascati, la innovación en empresas es “la transformación de una idea en un producto vendible, nuevo o mejorado, en un proceso operativo en la industria y en el comercio o en un nuevo método de servicio social”. La consultoría Indra añade que la innovación no es un ejercicio esporádico sino un proceso, y en eso estamos completamente de acuerdo.
Para muchas empresas la innovación es la clave que les permitirá durar en el tiempo y consolidarse, o quedar ahogadas frente a una gran competencia que ofrece lo mismo que ellos. Cualquier estrategia innovadora debe pensar en soluciones out of the box, promover la creatividad de los empleados hasta encontrar esa chispa y desarrollarla con éxito. Es una tarea nada fácil pero, si se aplica bien, el resultado es brillante.
La innovación en los procesos empresariales procura muchos beneficios a las organizaciones. En primer lugar, y más importante, contribuye a satisfacer las necesidades de los clientes y resolver sus problemas. A la empresa le permite ahorrar en costes al optimizar los recursos y encontrar nuevas formas de mejorar la rentabilidad. Una política de innovación exitosa ayuda a retener el talento, motivar y entusiasmar a los empleados, que encuentran un lugar en el que dar rienda suelta a su creatividad. En definitiva, la innovación en empresas es una señal de que las organizaciones miran hacia el futuro y se comprometen a mejorar y no quedarse estancadas en lo que ya funciona.
La mejor forma de explicar las etapas del proceso de innovación, o simplemente de inspirar a otros a seguir sus pasos, es a través de ejemplos reales. Empresas que han conseguido ser referentes en su sector gracias a la innovación en los procesos y a encontrar esa bombilla en forma de idea que, al encenderse, lo ilumina todo.
Ejemplos de innovación de procesos: casos reales
A todos nos suena McDonald’s, ¿verdad? A estas alturas no podemos negar que se trata de uno de los negocios de alimentación más exitosos del mundo. Sus pautas son claras: cada producto debe tener un buen sabor, ser fácil de preparar y que su precio no sea elevado. La rapidez en el servicio ha sido una de las claves de su éxito: McDonald’s cuenta con un tiempo medio de espera de solo 90 segundos para servir a los clientes. La cadena de producción de alimentos está muy bien engrasada y, si aparecen nuevas ideas que no encajan en ella (productos que requerirían más tiempo de elaboración), se desechan porque afectarían a un ritmo de trabajo que ya es exitoso de por sí.
Netflix es posiblemente la compañía que está redefiniendo el consumo cultural a día de hoy. En 2006, lanzó un concurso para programadores con el objetivo de encontrar el mejor algoritmo de recomendación de contenidos, que mejorara el que ya tenía en un 10%. El concurso se declaró desierto durante 3 años hasta que, finalmente, un grupo de programadores presentó una idea que lograba mejorar el algoritmo establecido en un 10,08%. ¿El premio? 1 millón de dólares. Cuando abres tu interfaz de Netflix y observas todas las películas y series que te recomienda según lo último que has visto y tus gustos, aquí está el germen del éxito de la herramienta. La mejora en la experiencia del usuario fue notable.
Un fenómeno que revolucionó la experiencia en muchas oficinas fue el llamado hot desking: algo tan simple como romper con la monotonía del escritorio fijo y los cubículos para cada miembro del equipo. Hot desking significa que cada día los empleados trabajaban en un espacio diferente de las oficinas, y no tenían un lugar reservado para ellos. Esta tendencia empezó en la década de los 90 y muchas de las empresas que han apostado por ella destacan cómo ha mejorado la comunicación entre los miembros de la empresa, la relación y el intercambio de ideas.
Estos son solo algunos ejemplos de innovación de procesos en empresas que han derivado en grandes éxitos. Pero la innovación no es una plantilla a seguir ni un conjunto de pasos; lo único que podemos hacer es crear las mejores condiciones dentro de nuestra organización para que las ideas florezcan, y saber identificar y apostar por las que tienen futuro.