Hacer una maleta es normalmente como un rompecabezas. Disponemos de poco espacio para meter todas las prendas y objetos que nos tenemos que llevar, pero lo tenemos que colocar de forma que no se dañe ni se arrugue demasiado. Hoy nos centraremos en zapatos, cinturones y demás accesorios.
En un reciente post, intentamos averiguar cómo poner un traje en una maleta para que llegue a su destino en las mejores condiciones posibles. También hablamos sobre cómo guardar camisas, camisetas y tops para que no se arruguen demasiado dentro de nuestro equipaje. ¿Y qué hacemos con los zapatos? Son necesarios, pero ocupan mucho sitio y corremos el riesgo que ensucien el resto de la ropa.
La solución es fácil, envolverlos individualmente. Lo más simple es poner cada zapato en una bolsa de plástico, pero también existen bolsitas de tela pensadas para esto. Es habitual encontrarlas en ciertos vuelos en clase Business o en grandes hoteles. El hecho de guardarlos por separado nos ayudará a encajarlos en el resto de la maleta. El mejor sitio es en el lateral donde están las ruedas, para que no pisen la ropa, con la suela hacia el borde de la maleta, no hacia el interior.
Un truco muy útil es enrollar los calcetines y guardarlo dentro de los zapatos. Así ganaremos sitio y evitaremos que el calzado se deforme por el peso del resto de la ropa. La ropa interior puede cumplir también esta función de rellenar los huecos que hayan quedado, para evitar que se mueva mucho el contenido o para proteger ciertos elementos. En caso de la ropa interior delicada, se tendrá que optar con los bolsillos interiores de la maleta, o las bolsitas de tela habituales para preservarlas en la lavadora.
En cuanto a la corbata, una forma de guardarla sin tener que doblarla es enrollarla y ponerla en el cuello del traje o de la camisa. Así, ambas prendas se protegen mutuamente. El cinturón también puede enrollarse sobre sí mismo y guardarse en un zapato, o bien guardarse desenrollada contra el borde interior de la maleta.