En muchas ocasiones, cuando pensamos en fraudes empresariales nos vienen a la mente las grandes cantidades que han podido ser defraudadas. Pero existe otro tipo de situación mucho más habitual en las empresas y que a menudo pasa desapercibida. Si te interesa saber el tipo de fraude interno que se da más frecuentemente hoy en día en las empresas, sigue leyendo este artículo.
Los gastos son siempre una fuente de preocupación en cualquier compañía; tanto para saber el volumen global de los mismos como para poder determinar si realmente fueron necesarios para el desarrollo de la actividad empresarial o no. Si no es así, y se detectan, se toman diferentes medidas para reducirlos. Así, son frecuentes las noticias referentes a reducciones de personal en una empresa o el desplazamiento de sus fábricas hacia otros países… todo ello basado en la optimización de los costes.
Pero otro gasto que también se produce a menudo tiene relación con el fraude interno, en ocasiones de pequeños importes. Gastos que el empleado presenta como necesarios para desarrollar su actividad, pero que en realidad no le correspondería soportar a la empresa. O en otros casos, aunque efectivamente sea un gasto propio de la actividad laboral, se haya presentado más de una vez. Consiguiendo el empleado el abono por duplicado del mismo gasto en que ha incurrido.
En otras ocasiones se producen extralimitaciones en el importe máximo del gasto autorizado. Aunque puedan ser pocos euros por cada uno de los tiques, si la empresa no toma medidas concretas para evitarlo, pueden suponer importes elevados al cabo de un año. Especialmente en aquellas empresas donde el pago de estos gastos sea muy repetitivo, como sería el caso del abono de las comidas de trabajo a los empleados.
Otra irregularidad detectada es la aportación de gastos realizados durante el fin de semana, lo cual difícilmente puede corresponder con el desempeño de una actividad laboral. Bien es cierto que en casos muy concretos, claramente definidos, sí pueden tratarse de gastos realmente justificables.
Ser capaz de detectar estos fraudes (o errores en algunos casos) supone para la empresa una importante ventaja. Para recuperar el importe defraudado y a su vez para disuadir de que se vuelva a producir. En la actualidad, el hecho de disponer de herramientas tecnológicas que facilitan la gestión de los gastos es un importante avance en este sentido.