Adaptarse a la cultura del país donde se va a trabajar en un proyecto internacional es fundamental para el bienestar personal y el éxito del negocio (una buena forma de hacerlo es tener en cuenta el cross cultural). Todos los expatriados ponen en marcha, de forma muchas veces automática o inconsciente, una serie de estrategias de adaptación. Estas pueden ser efectivas o no en función de la forma concreta de ponerlas en práctica.
Las estrategias de adaptación cultural
Podemos distinguir entre seis estrategias de adaptación cultural:
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La evitación
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La participación
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La utilización de recursos
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La utilización de estereotipos
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El estudio de la cultura
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La utilización de la cultura
A continuación veremos maneras efectivas y no efectivas de poner en práctica cada una de estas estrategias.
1. La evitación
Una retirada temporal, ya sea en forma de vacaciones o descanso por unos días, o un recogimiento temporal en el entorno familiar o con otros compañeros expatriados, puede ser una buena forma de recuperarse del síndrome conocido como “fatiga cultural”. Este consiste en estar saturado o molesto con las costumbres y formas de vida del país donde nos encontramos.
Por el contrario, no es para nada efectivo una retirada completa o frecuente, que acabe impidiendo la interactuación con la otra cultura.
2. La participación
Lo ideal es asumir un comportamiento asertivo y trabajar duro por aprender las bases del nuevo entorno. No sirve para nada luchar contra los hábitos culturales del país de expatriación, especialmente mediante comportamientos autodefensivos o agresivos.
3. La utilización de recursos
Hay que aprovechar los recursos que pongan a nuestra disposición: formación, intérpretes, etc., o los que busquemos por nuestra cuenta para promover el aprendizaje y la interdependencia.
Un uso contraproducente de esta estrategia consiste en volverse excesivamente dependiente de estos recursos. Por ejemplo, utilizar únicamente los servicios de la comunidad donde vivimos con otros expatriados sin buscar otras opciones ni relacionarse con las personas y servicios autóctonos.
4. Utilización de estereotipos
Los estereotipos son generalizaciones, la mayoría de veces con connotaciones negativas, por lo que es aconsejable no utilizarlos salvo que se hagan como guía de las cultura e idiosincrasia de un pueblo o grupo, siempre de manera comedida y como simple referencia.
5. Estudio de la cultura
Es una buena estrategia si va encaminada a adquirir nuevas perspectivas culturales, aprendiendo de ellas. Pero resulta un método ineficaz, o incluso negativo, cuando se intenta ajustar la nueva cultura dentro del propio marco de referencia del expatriado, rechazando cualquier otra perspectiva.
6. Utilización de la cultura
Probablemente es la estrategia más efectiva cuando se utiliza como una forma de adaptación, mejorando habilidades pero manteniendo siempre la propia identidad. Contrariamente, tratar de adoptar la nueva cultura, perdiendo la esencia propia es, sin duda, un camino equivocado.
Todas las estrategias deben utilizarse en su justa medida, sin caer en extremismos como llegar a renunciar a nuestra propia cultura o tomarse al pie de la letra los estereotipos.
Un uso equilibrado y racional de cada una de estas estrategias es la mejor forma de conseguir el nivel adecuado de adaptación cultural para lograr los fines personales y corporativos propuestos.
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Executive Coach, Team Coach y Consultor en Planificación Estratégica, Liderazgo y Desarrollo de Aplicaciones. Socio fundador de Humaniza