Deducir el IVA de los gastos de empresa puede suponer un importante ahorro y una forma efectiva de aumentar la liquidez de nuestra empresa. A continuación presentamos un ejemplo de ahorro de costes relacionados con el IVA.
Para ser realista, se han separado los datos en dos tablas diferentes según el tipo de IVA aplicado. Algunos de los gastos habituales pertenecerán a la categoría del 10%, por ejemplo las dietas y el alojamiento pero otros como las compras de material o harán a la del 21%. Dado que resulta difícil aventurar para el caso de cada empresa a qué categoría de IVA pertenecen sus gastos, se ha realizado el cálculo por separado. Si quieres adaptarlo al caso de tu empresa, una forma fácil es multiplicarlo por los porcentajes de tus gastos que se corresponden a cada tipo de IVA.
Veamos un primer ejemplo numérico con el que se puede comprobar de forma sencilla cómo, contabilizando un mismo coste de las dos formas indicadas a continuación, se obtienen resultados muy diferentes, obteniendo siempre un importante ahorro de gastos.
En la primera columna figuran los gastos en los que no se desglosa el IVA, y que por tanto no aplicará para la deducción. En la segunda columna figuran los gastos con el IVA y la base imponible por separado. Es el caso de las facturas que cumplen los requisitos para acogerse a la deducción.
A continuación se modifican los datos de la tabla para reflejar el mismo caso pero aplicando un 21% de IVA.
En ambos casos se indica el ahorro económico y financiero del porcentaje total del IVA, que oscila entre el 9 y el 17% antes de impuestos. Una vez aplicados estos (asumiendo un 25% que por supuesto variará en función del caso de nuestra empresa) el margen queda entre el 6,8% y el 13%.
Para el presente post, hemos contado con la ayuda de:
Clara Vega
CEO de Témpora Consultores
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