Para cualquier empresa, la contabilidad de costes tiene enormes ventajas, y puede llegar a tener un papel clave en la toma de decisiones estratégicas, en la planificación empresarial y en el control administrativo. A pesar de eso, la inmensa mayoría de pequeñas y medianas empresas no la utilizan. ¿Pero puede sobrevivir una empresa sin un sistema de contabilidades de costes implantado?
La respuesta es: solamente si tiene mucha suerte. Si lo pensamos bien, parece difícil que una empresa pueda prosperar si no controla de forma adecuada sus gastos, ni toma decisiones en base al análisis de los datos propios y del entorno, en vez de basarse en impresiones, información poco concreta o anticuada o en el instinto. Pero, sorprendentemente, son muchas las pymes que no tienen en cuenta esta contabilidad de costes para su gestión.
A diferencia de la contabilidad financiera, en que hay unas reglas y una forma de proceder estándar comunes a todas las organizaciones, un plan de contabilidad de costes eficaz se tiene que realizar a medida. Esto supone un esfuerzo para muchas pymes, ya que no se trata de un trabajo fácil. Pero si se logra que todos los miembros de la organización cooperen y se conciencien, el control de costes pasará a ser un gran aliado e incluso una ventaja competitiva.
Poner en marcha este tipo de proyecto es lento y a menudo costos, pero si se hace bien y se disponen de las herramientas adecuadas, aplicarlo puede resultar más simple de lo que parece. Para ello, es muy útil disponer de softwares que permiten recoger datos y facilitan su análisis, como Captio en el caso de los gastos de viajes de empresa.
Así pues, el tamaño de una empresa no es motivo suficiente para desechar la posibilidad de realizar un control de gastos y poner en marcha un sistema de contabilidad de costes, solamente hay que saber adaptarlo a las necesidades y al contexto específico de la organización.