La corbata, pieza clave del armario de los viajeros de negocios

Viajes de empresa timer 2 min.
Myriam Zanatta

Directivos, comerciales, hombres de negocios… Sea cual sea el perfil profesional, la corbata es un elemento imprescindible del guardarropa de muchísimos trabajadores. Y cuando uno de estos trabajadores tiene que hacer un viaje de negocios, tiene que elegir con cuidado qué corbatas llevarse y cómo llevarlas.

Lo primero es saber llevar bien la corbata, ya que mal puesta dará sensación de dejadez, falta de profesionalidad y causará mala impresión en general. Se tiene que llevar siempre abrochado el botón del cuello de la camisa, con el nudo de la corbata en el sitio correcto. Si se mueve demasiado, las agujas son una buena opción para mantener la compostura y dar un toque elegante.

El largo correcto es que la corbata llegue al cinturón, y obviamente jamás tiene que ir por dentro de éste. En cuanto al ancho, tiene que corresponder con el de la solapa de la americana. La corbata tiene que estar impoluta, por lo que es buena idea llevar a las reuniones y eventos una de repuesto por si se mancha, se daña, etc. Además, si tienes dos reuniones con las mismas personas bastante seguidas, con menos de una o dos semanas de diferencia, intenta no llevar la misma corbata.

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El color de la corbata

Los colores de nuestro vestuario dicen mucho sobre nosotros, y en el caso de las corbatas adquiere especial importancia, ya que suele ser un elemento que resalta del vestuario de los hombres de negocios.

El azul es el “todo terreno” de las corbatas, el color que nunca falla. Ya sean claras, oscuras o estampadas, las corbatas azules transmiten una sensación de profesionalidad, fiabilidad, sin ser demasiado llamativo. Otro color práctico es el gris en sus diferentes tonalidades: un color moderno, sofisticado pero formal. Cuidado con el gris demasiado oscuro o el negro: puede parecer arrogante o pretencioso.

El rojo es el color del poder. No en vano muchos políticos optan por la corbata roja sobre camisa blanca o neutra. Este color, pues, transmite fuerza, pasión y personalidad, quizás a veces un poco demasiado agresivo. Los tonos morados y púrpuras, incluso rosa, también son una afirmación de audacia y carácter, de seguridad en sí mismo.

En cuanto a los tonos marrones, beige y tierra, no son muy recomendados para las reuniones de negocio. Pueden parecer demasiado relajado, simples, incluso aburrido. Cuidado con el amarillo: aunque está bien para reuniones entre colegas debido a su sensación de optimismo y calor, es fácil dar un paso en falso con este color en reuniones de negocios. Así también el verde también puede ser difícil de combinar, al ser muy llamativo y poco formal.

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