Cada vez más el CFO se encuentra más cerca del CEO en la toma de decisiones. Es su mano derecha. Quien le acompaña en la ardua tarea de la gestión financiera, y más en tiempos de crisis. Por eso, una de las premisas que debe tener en cuenta el director financiero para hacer más duradera esta relación es la fluidez en la comunicación.
Tradicionalmente el CEO ha provisto la dirección estratégica y el liderazgo dentro de las organizaciones, mientras que el CFO ha sido de alguna forma el repositorio de toda la información corporativa tangible y el responsable de la gestión financiera. Pero cada vez más, al CFO se le pide también ofrecer la visión estratégica de negocios que conduzca a la creación de valor y al crecimiento, colaborando con el CEO codo a codo. Si además, el Director Financiero cuenta con know how y seniority que le permita sostener una estabilidad emocional en momentos que le exigirán mucho equilibrio, por las enormes presiones que recibe, tanto internas como externas, mucho mejor. Este será un punto más que reforzará esta bella relación.
Entre todos los ejecutivos del management team, el CFO es quien tiene la obligación de ser el consejero más cercano del CEO. Su profundo conocimiento sobre los aspectos regulatorios, combinados con su cercanía con el negocio le permitirá proveer al CEO de un punto de vista único para apoyar su proceso de toma de decisiones.
Relación con el resto de la empresa
Además, para el CFO es crucial crear una estructuras comunicativas fuertes entre todos los departamentos de la empresa para que la información fluya, y no únicamente dentro del equipo financiero. Y es que ahora se entiende que el objetivo de los directores financieros está en agregar valor a las compañías más allá del ejercicio del saber estrictamente financiero, por lo que deben opinar en casi todos los aspectos de la empresa. De esta forma, la función de estos profesionales se vuelve estratégica.
No eres tu, soy yo
La figura del Director Financiero cada vez está absorbiendo más responsabilidades en el plano estratégico. Y siempre llega el momento en que el CFO se pregunta: ¿Estoy preparado para ir más allá de la función de procesar las cifras, buscar oportunidades financieras? ¿Estoy preparado para liderar como CEO? Normalmente la respuesta suele ser afirmativa. Y es que la evolución del director financiero en estos últimos tiempos lo ha convertido en un candidato natural para el puesto de CEO o Director General.