El sector Fintech español es joven y relativamente desconocido si lo comparamos con los de otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido. Ese desconocimiento genera entre otras cosas confusión sobre qué es Fintech y qué no. A continuación aportamos nuestro punto de vista sobre este sector.
Tal como explica la Wikipedia, Fintech, acrónimo de finance y technology, “es un dominio de actividad en el cual las empresas utilizan las tecnologías de la información y la comunicación para crear y/o ofrecer servicios financieros de forma más eficaz y menos costosa. Por extensión, el término Fintech se utiliza también para designar las empresas que ofrecen productos y servicios englobados en este dominio”.
Hay que recalcar el “crear” servicios financieros. Y es que el sector Fintech no solamente ofrece soluciones digitales y modernizadas de los servicios financieros tradicionales, como el trading o los pagos, sino que genera nuevos productos o servicios. Existen muchísimos ejemplos de ello.
Un ejemplo claro es el Insurtech (Insurance + Technology). Se trata del campo de los seguros pero con un enfoque innovador completamente personalizado para sus clientes. A menudo ofrecen servicios relacionados con el Internet de las cosas, impactando desde la forma en que las firmas establecen contacto con sus clientes, hasta el análisis de su perfil y la gestión del riesgo aprovechando los avances que han introducido las nuevas tecnologías para aplicarlos al sector asegurador combinando así servicios de seguros con nuevas tecnologías.
Otro caso es el de la gestión patrimonial. Este campo en particular permite una microsegmentación muy importante, pudiendo llegar a optimizar la gestión de ingresos y/o gastos con un detalle y una eficiencia sorprendente. Se engloban aquí las herramienta de gestión de gastos de empresa, que gracias a una especialización muy importante en este campo permiten aumentar la eficiencia de este proceso, minimizar gastos y ahorrar tiempo en general.
Tanto las Fintech de gestión patrimonial como las Insurtech no se englobarían dentro de lo que se considera tradicionalmente sector financiero. Pero la irrupción de las Fintech supone un cambio real de paradigma en el sector financiero, que afecta hasta al tipo de servicios que se pueden encontrar, o la forma de categorizarlos.
Teniendo en cuenta esto, es perfectamente lógico pensar que el sector Fintech en nuestro país y en global no tiene una categorización “cerrada”. Es un sector que aumenta su potencial de crecimiento y sus nuevas posibilidades en la misma medida que avanza la tecnología. Es un sector al que le queda mucho por evolucionar, incorporando nuevas soluciones, productos y servicios que todavía no se han explorado. Solamente cabe esperar que la innovación siga avanzando, y creando nuevas oportunidades.