El conjunto de tendencias del mundo de la tecnología y la innovación que se aplican a las finanzas conforman lo que se conoce como fintech. Este término, que viene de la unión de las palabras inglesas finance y technology, no es una simple moda o tendencia pasajera, sino un cambio real y profundo en el panorama financiero que las empresas españolas tienen que afrontar. ¿En qué consisten los retos que plantea? Lo descubrimos a continuación.
Cuando hablamos de fintech en nuestro país, todavía sigue siendo un concepto desconocido para muchos profesionales del mundo financiero: 2 de cada 3 financieros desconocen qué es fintech, según un reciente sondeo realizado por Captio y Asset a 234 profesionales de este sector. Pero este desconocimiento del mundo fintech no quiere decir que esta tendencia no se esté introduciendo e implantando en nuestro país. De hecho, según el mismo estudio, el 46,2 % de las empresas sí utilizan fintech, y si nos fijamos solamente en las grandes empresas españolas, cerca de 6 de cada 10 sí están utilizando este tipo de soluciones (el 58 %).
Así pues, el fenómeno fintech ha llegado a nuestro país, quizás con menos fuerza que en otros países. Así que para los próximos años, el sector financiero español tendrá que afrontar los siguientes retos:
Eliminar la reticencia
El sector financiero ha sido tradicionalmente muy conservador. Es innegable que existe una reticencia al cambio, a la incorporación de novedades tecnológicas que suponen grandes cambios en la forma de hacer las cosas “de toda la vida”. Pero lo cierto es que este cambio de paradigma es real, no es una simple moda, por lo que tarde o temprano las empresas tendrán que acabar por adaptarse.
Una parte de la reticencia puede estar ligada también a que algunas personas se sienten (todavía) menos cómodas, o incluso menos seguras, con la utilización de productos fintech respecto a la utilización de productos financieros tradicionales. Lo cierto es que si bien la legislación en este campo tiene que avanzar y adaptarse, la seguridad que ofrecen estas soluciones en general es buena, por lo que este “miedo” tiene que superarse.
Ver más allá del aspecto económico
Existen muchos tipos de productos fintech, por lo que los beneficios que pueden aportar a las empresas también pueden ser de muchos tipos. A parte del ahorro económico o de la mejor gestión de gastos, puede suponer una desintermediación de procesos, ahorro de tiempo, más inmediatez, más información y de mejor calidad para la toma de decisiones, más accesibilidad… Muchas de estas mejora están más ligadas a la eficiencia, por lo que al calcular el ROI de la inversión en fintech, habrá que tener en cuenta todos estos beneficios indirectos que, al fin y al cabo, también acaban repercutiendo en una mejora económica.
Saber adaptarse a las novedades con fluidez
Uno de los problemas al que tendrán que hacer frente los profesionales de las finanzas es el de la rapidez a la que suceden los cambios y las novedades en este sector. Los avances tecnológicos son cada día más rápidos, aportando nuevas oportunidades a quien lo sepa aprovechar. Pero en este contexto es fácil quedarse obsoleto. Por lo tanto, las dinámicas empresariales tendrán que saber integrar estas novedades con fluidez, lograr que la empresa, y los usuarios, avancen al mismo ritmo que los productos fintech.
Este es un reto especialmente importante para las grandes empresas. Cuando la estructura es más compleja, y hay más gente involucrada, existe más dificultad de romper las inercias para aplicar cambios y novedades. Dada la velocidad de estos cambios, esto supone una clara complicación añadida a tener en cuenta.
Invertir de forma estratégica
Actualmente, es habitual encontrar empresas que sí están invirtiendo en este tipo de soluciones, pero no lo asimilan a fintech. Esto, como hemos visto antes, es debido en gran parte al desconocimiento que hay respecto a este sector. Muchas compañías no tienen una partida presupuestaria diferenciada para esto, sino que lo incluyen en otro tipo de gastos, por lo que es difícil tener una visión real de qué se está haciendo en este sector, y prever acciones futuras.
Por otra parte, es importante que las inversiones en fintech se planifiquen y se realicen de forma estratégica, para que sus beneficios sean reales. Es decir, no se trata de invertir en fintech porque toca, dejarse llevar, sino tomar esta decisión de forma consciente, según las necesidades y especificidades de la empresa.