La cadena hotelera Marriott, con más de 4.000 establecimientos en el mundo, ha anunciado en un comunicado que renuncia a su plan de bloquear las redes WIFI eprsonales de los dispositivos de sus clientes, y pagará la multa de 600.000 dólares por esta práctica.
Tras haber pedido a la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) les dé permiso para poder impedir que los usuarios usen sus teléfonos como puntos de acceso wifi, Marriott ha anunciado recientemente que no seguirá adelante con esta medida. La petición surgió a raíz de la multa de 600.000 dólares por realizar esta práctica en sus establecimientos. Con estas conexiones, los usuarios pueden conectarse a través de sus propios paquetes de datos, sin tener que pagar la tarifa del hotel.
Los argumentos de Marriott para justificar esta práctica es que es a su parecer es totalmente legal, y de esta manera protegen a sus clientes de posibles ataques informáticos. Según esta cadena, que actúa en colaboración con la American Hospitality & Lodging Association para lograr la aceptación de esta medida, los hoteles tienen que ser capaces de utilizar equipos de gestión de su red de acceso a Internet, a pesar de que pueda tener consecuencias sobre otros servicios inalámbricos de los propios huéspedes.
La multa fue motivada por la denuncia de un huesped por esta práctica en marzo de 2013, en el Gaylord Opryland Hotel, cuando inhabilitó las redes wifi creadas por huéspedes. En esa ocasión, cobró a los ponientes del salón de convenciones del hotel entre 250 y 1.000 dólares por el servicio wifi propio del establecimiento.
En relación a esta petición, varias empresas tecnológicas, entre las que están los gigantes Googles y Microsoft, y otras relacionadas con las conexiones wireless, habían decidido crear un lobby para oponerse al lobby hotelero y turístico contra la impulsión de esta medida. Parece pues que las presiones han dado su fruto, ya que se ha puesto fin a la disputa.