La cena de empresa es un evento a medio camino entre lo personal y lo laboral. Por eso, aunque el ambiente sea distendido, es recomendable seguir unas reglas de conducta un poco más estrictas de que se seguirían en una ocasión puramente personal. Debemos recordar que la cena de Navidad es uno de los eventos más importantes de la Navidad en la empresa.
Las cenas de navidad en la empresa son un caso extraño: algunos las odian, otros las aman. Puede ser porque se da una mezcla entre dos mundos, el personal y el del trabajo. Saber equilibrarlos es la clave para disfrutar de la ocasión.
La “obligación” de asistir
La cena de empresa supone relacionarse con compañeros de trabajo en un entorno distinto del laboral. Esto no es un aliciente para todo el mundo, de hecho hay personas para las que es todo lo contrario. La asistencia nunca puede ni debe ser obligatoria, pero es un error no asistir. La mayoría de gente va a estar allí y se considerará extraño, o hasta desconsiderado no asistir.
Evitar temas delicados
Es normal que las conversaciones en las cenas de empresa sean distendidas. Aunque es habitual que en algún momento de ésta, algún directivo, jefe, o responsable dé una pequeña charla relacionada con lo profesional, tampoco es necesario (ni divertido) estar hablando todo el rato de trabajo. Una recomendación es intentar evitar temas polémicos. Es preferible evitar conversaciones sobre religión, política o dinero que puedan crear conflictos. También, en la medida de lo posible ;-), se tiene que evitar “cotillear” y criticar al personal de la oficina.
Expandir tus círculos
Las cenas de navidad son una buena ocasión para estrechar lazos con gente con la que habitualmente hay una relación más lejana. Un consejo, no te sientes con tus compañeros habituales, aprovecha la ocasión para expandir horizontes y acercarte a otra gente de la empresa. Los contactos siempre vienen bien.
Beber con moderación
En las cenas de empresa suelen ser habituales los vinos, cavas y licores, además, la bebida normalmente se incluye en el menú y nunca se tiene el vaso vacío. El ambiente festivo y el compañerismo propician los brindis y a menudo se acaba bebiendo más de lo que se debería. Aunque se trata de un evento relajado, la recomendación es moderar lo que se bebe ya que el exceso de alcohol puede llevar a situaciones embarazosas y comportamientos que es mejor evitar.
Evitar las fotos comprometidas
Hoy en día, con el uso de smartphones y las redes sociales, las fotos acaban difundiéndose hasta límites insospechados. Si se saca alguna foto de alguien, en “actitudes festivas” conviene pensarlo dos veces antes de compartirlo en las redes sociales.