La cena de Navidad es una cita ineludible en el calendario de la mayoría de empresas, tanto grandes como pequeñas. Además de celebrar las fechas y reunir a los compañeros de trabajo fuera del ambiente laboral, la cena es una oportunidad para celebrar un año más en el proyecto.
Dado que, en principio, sólo se trata de escoger un restaurante, suele organizarlo la propia empresa. Ahora bien, gestionar la cena de Navidad de la empresa suele ser más complicado de lo que se cree. Poner de acuerdo a tantas personas puede convertirse en un caos. Aunque siempre es aconsejable consensuarlo todo de forma “democrática”, a partir de cierto número de personas es difícil. Te damos unos consejos para evitarlo.
Restaurante & menú
El primer factor de discordia puede ser el restaurante. Para los asistentes a la cena (entre los que estará el organizador), indudablemente un factor importante será la calidad. Para la empresa, que habitualmente sufraga la ocasión, una variable a tener en cuenta será el precio. Como en tantas otras cosas en la vida, en el equilibrio está la solución. Dado que se trata de celebrar la ocasión, quizás resulte mejor dejar a parte los restaurantes de comida rápida, aunque sean económicos. Ahora bien, también hay que medirse para no vaciar las arcas de la empresa. ;-)
Es aconsejable pedir presupuesto a varios restaurantes. A principios de diciembre ya suelen tener disponibles sus ofertas para cenas de empresa. Por otra parte, si el número de comensales es elevado, se puede solicitar información a hoteles o restaurantes preparados para grandes eventos.
Para el menú, es crucial acordar la disponibilidad de diferentes opciones. Probablemente es una información que desconozcas si no has ido nunca a comer con ellos, pero es probable que en tu empresa trabaje gente con preferencias o alergias alimenticias. El restaurante debe disponer de una opción para vegetarianos, celíacos, gente que por opción religiosa no come algún tipo de producto…
Además, se puede ser original a la hora de escoger restaurante. Hoy en día hay muchas posibilidades para innovar en las cenas de empresa. Restaurantes con espectáculo, temáticos, con actividades pre o post cena.... Multitud de opciones para conseguir una noche diferente y memorable.
Eligiendo el día
Otra fuente habitual de discrepancias es el día de la cena. Es difícil evitar este problema: poner de acuerdo a mucha gente, cada uno con sus compromisos, es complicado. Aquí sólo hay una regla de oro: organizarlo todo lo antes posible. Las fechas más habituales suelen ser la segunda y la tercera semana de diciembre. Dar la opción de votar el día puede ser útil para maximizar el número de gente que podrá asistir.
Y por cierto, desconocemos el motivo pero se ha establecido una relación entre las cenas de empresa y las jaquecas y sequedad de boca el día siguiente. Mejor que sea en víspera de festivo. Viernes o sábado mucho mejor que entre semana.
Actividades durante o después de la cena
Este punto depende del ambiente y la cultura que se respire en la empresa, pero la cena de Navidad es una ocasión inmejorable para “hacer equipo” o teambuilding. Los mismos trabajadores pueden preparar actividades para fomentar el compañerismo dentro de la cena o para después de ésta. Concursos por equipos, juegos, pruebas, etc. con un pequeño obsequio para los ganadores o el ganador. Estas actividades llenarán de anécdotas la cena navideña.
También es aconsejable tener un poco organizada una opción para los que deseen seguir más allá de la cena. Para las empresas con muchos trabajadores en la cena, los mismos restaurantes o hoteles ya ofrecen esta opción dentro del menú. Para aquellas empresas medianas o pequeñas, que los restaurantes son más modestos, la fiesta puede continuar en algún pub o discoteca. Lo importante es continuar la fiesta de forma conjunta.