Las conciliaciones bancarias son un procedimiento que nos permite saber si la contabilidad de la empresa refleja la realidad de las cuentas bancarias de ésta. Es decir, que no haya desajustes contables, y en caso de que sí los haya, poderlos detectar para solucionarlos de forma eficaz. En varios post anteriores hemos hablado de todas las facetas de la conciliación bancaria, hoy te explicamos cómo prepararla a nivel contable.
En el momento de realizar la conciliación bancaria, a menudo nos encontramos con errores que se deben al hecho de no haber realizado los ajustes del mes anterior. De esta forma, aunque hayamos detectado los desajustes a tiempo, si no los rectificamos los iremos arrastrando mes a mes.
Se pueden realizar ciertos pasos previos a la realización de las conciliaciones bancarias para evitar estos problemas:
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Verificar que los cheques emitidos el mes anterior aparezcan en el extracto bancario que utilizaremos para la conciliación
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Comprobar también que figuren los depósitos emitidos el mes anterior
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Comprobar que los cheques omitidos recibidos el mes anterior estén correctamente contabilizados
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Verificar además que los depósitos omitidos del mes anterior figuren en la contabilidad
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Revisar que se haya realizado los asientos contables correspondientes a todos los errores del mes anterior
Todas estas comprobaciones son importantes, ya que en caso de no encontrar estos ajustes, en la contabilidad y los extractos actuales, te tendrá que tener en cuenta para la realización de la conciliación bancaria.
Una buena práctica que nos ahorra dolores de cabeza y perder tiempo buscando el origen de los errores es realizar todos los ajustes necesarios justo al terminar de realizar la conciliación bancaria. Es cierto que no siempre es posible, porque ciertos desajustes temporales no se podrán solventar al momento, pero es mejor poner en orden todo lo posible para evitar tener que volver a revisarlo todo al mes siguiente.