Después de la declaración de impuestos del último trimestre y la presentación del resumen anual, llega la hora del cierre contable. Si bien todavía quedará por presentar el modelo 347, todos nuestros esfuerzos tienen que centrarse en los ajustes finales del cierre de la contabilidad. Aquí te contamos qué pasos no deben olvidarse.
La cuenta de sumas y saldos, por la gran cantidad de movimientos que hay durante el año, es el primer elemento a revisar. Una comprobación de los balances nos permitirá corregir incoherencias o pasar a saldo cero aquellas cuentas que no lo están debido a errores en la contabilización de cobros y pagos.
El cierre del ejercicio suele ser también un buen momento para revisar las deudas y pasarlas de lago plazo a corto. Si bien éste es un trabajo que deberíamos actualizar mensualmente con los pagos que se van realizando y la amortización de, por ejemplo, deudas que se pagan mensualmente, siempre es recomendable aprovechar el cierre de la contabilidad para corroborar esta cuenta.
Las amortizaciones y provisiones son otros dos elementos que suele revisar todo controller financiero a la hora de realizar el cierre contable. Las dotaciones de las amortizaciones del inmovilizado material e inmaterial nos permiten reflejar en la contabilidad el gasto que es consecuencia del desgaste del activo. Por el otro lado, las dotaciones anticipan las contingencias posibles por determinados riesgos.
En el caso de las empresas que venden productos, el control de la variación de las existencias es un aspecto fundamental del cierre del ejercicio. En este sentido, a la hora de calcular el resultado de ingresos menos gastos debemos tener en cuenta que estos últimos son las existencias consumidas, no las compradas.
Una distribución real desde el punto de vista contable de los ingresos y gastos de nuestra empresa, exige tener en cuenta la periodicidad de los mismos. Es decir, en aquellos gastos que abarcan varios años como por ejemplo ciertos tipos de seguros, es necesario distribuir el mismo en los años donde estos tienen su real efecto.
El cierre contable suele concluir con el asiento del impuesto de sociedades una vez realizados todos los ajustes y la regularización de ingresos y gastos. Esto último implica que todas las cuentas de ingresos y de gastos se anulan obteniendo una única cuenta que refleja el beneficio o pérdida de la empresa. Luego de ello se realiza el asiento de cierre y se saldan las cuentas abiertas con el cobro o pago correspondiente.
Podemos por lo tanto concluir que el cierre contable tipo de una empresa comprende cronológicamente los siguientes pasos:
- Revisión de asientos
- Cuadre de caja
- Inventario de existencias
- Amortización de inmovilizado
- Recalificación de deuda de largo y corto plazo
- Provisiones
- Ajustes por periodicidad
- Valoración de activos financieros