Cada vez más empresas se lanzan a implantar planes de movilidad. Los entornos laborales y los modelos de negocio cambian por lo que es necesario promover nuevas formas de trabajo y colaboración. En el siguiente artículo te explicamos en qué consiste un plan de movilidad empresarial.
Las compañías que deciden implantar planes de movilidad tienen que conjugar el establecimiento de medidas de seguridad para los trabajadores y de políticas que satisfagan sus necesidades y aspiraciones. Varios estudios indican que la movilidad en el ámbito empresarial se encuentra en plena eclosión. Un informe publicado por la compañía tecnológica IDG en 2015 indicaba que el número de trabajadores móviles alcanzaba los 1 300 millones dicho año, aproximadamente el 37,2 % de la fuerza laboral en todo el mundo.
Otro análisis llevado a cabo por Group Speciale Mobile (GSM) destacaba que el sector móvil movía en torno a mil millones de dólares anuales y estimaba que para 2018 el número de dispositivos móviles superaría las 4 000 millones de unidades en todo el mundo.
No hay duda de que los planes de movilidad aumentan la productividad y la competitividad de las empresas. Las políticas empresariales que incluyan horarios flexibles y favorezcan la conciliación de la vida familiar y laboral van en la buena dirección. Sin embargo, es necesario concienciar a los trabajadores sobre su corresponsabilidad y facilitar su acceso a herramientas que les permitan gestionar su tiempo, aumentando las horas de trabajo dedicadas a tareas que verdaderamente aporten valor añadido a las empresas.
A continuación te mostramos varios puntos que debes tener en cuenta a la hora de implantar un plan de movilidad:
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En primer lugar, hay que considerar cuántos empledos se acogerán al plan de movilidad. Es necesario contar con una estimación del número de trabajadores que de forma habitual necesitan viajar para llevar a cabo su trabajo, pero también aquellos trabajadores que tienen que hacerlo esporádicamente. A mayor número de empleados involucrados en el plan, más definido deberá ser dicho plan.
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En segundo lugar, es necesario clarificar el organigrama de la empresa para hacernos una idea de las necesidades y detectar áreas que podíamos haber obviado en un primer momento. Además, así podremos desglosar la inversión necesaria por departamentos y ajustar los presupuestos por áreas.
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En tercer lugar, debemos tener en cuenta dónde viajarán los empleados, bien para visitar clientes actuales o para realizar viajes de prospección. Si la empresa tiene previsto el lanzamiento de nuevos productos o comercializar los ya existentes en nuevas áreas geográficas, también habrá que incluirlo en el plan de movilidad. -
Finalmente, hay que calcular cuántos desplazamientos son necesarios por cada empleado y qué herramientas debe utilizar en cada uno de estos viajes. ¿Necesita llevar consigo un portátil? ¿Debe tener acceso a todos los archivo o solo a determinados documentos?
Con toda esta información tendremos una visión detallada de la inversión necesaria tanto en su totalidad como por cada trabajador. Como en cualquier plan, a partir de aquí debemos llevar a cabo un seguimiento para comprobar el grado de cumplimiento de nuestras previsiones y detectar posibles desviaciones.
