La transparencia como valor empresarial cada vez tiene más peso en las organizaciones. Y es que contar con medidas de transparencia que favorezcan la comunicación, interna y externa, de la compañía puede repercutir muy positivamente en su actividad.
La definición de transparencia empresarial varía ligeramente según la fuente que consultemos, aunque en esencia todas se refieran al mismo concepto. Según la OCDE, por ejemplo, la transparencia empresarial significa “la posibilidad de que la información real de una empresa, gobierno u organización puede ser consultada por los diferentes sujetos afectados por ella, de tal modo que estos pueden tomar decisiones con conocimiento de causa y sin asimetría de información”. Esta es una buena referencia para empezar a pensar en el término.
En líneas generales, la transparencia empresarial se enmarca dentro de la estrategia de responsabilidad social empresarial (RSE) de las organizaciones, y es un acto voluntario con el que las empresas quieren mejorar su imagen corporativa, contar con un valor añadido y ganarse la confianza de su entorno. La transparencia, como hemos dicho, genera confianza y cercanía, y hoy en día no podemos permitirnos ser opacos o que parezca que ocultamos algo, porque ahuyentaremos a posibles aliados.
La transparencia empresarial se articula a través de una comunicación fluida, y tiene dos vertientes: la comunicación interna y la externa. La interna es la que afecta a los empleados, para reducir las incertidumbres y crear comunidad entre el equipo. Y la externa es de cara a la sociedad, con honestidad y coherencia, para proyectarse como una empresa abierta y moderna.
La transparencia como valor empresarial: sus beneficios
Desde P&A Group nos indican algunas de las ventajas de la transparencia corporativa, y nos dan las claves de por qué es tan importante:
Felicidad laboral
La transparencia fomenta que todos los componentes de un equipo se sientan implicados, satisfechos y motivados. Al ser tenidos en cuenta, aumenta el sentimiento de pertenencia y esto desemboca en un mejor ambiente de trabajo.
Atracción y retención del talento
Para atraer a empleados alineados con los valores de la compañía y conseguir que quieran permanecer en nuestra empresa, la transparencia es fundamental. Cuando no existe confianza y empiezan las sospechas, las tasas de rotación crecen.
Consecución de objetivos
Los empleados necesitan conocer la misión, visión y valores de la empresa para poder enfocar su trabajo y alcanzar los objetivos deseados. Si no, es mucho más difícil hacerlo y los esfuerzos se diluyen por el camino.
Fomentar la innovación
Para que una persona tome las mismas decisiones que tú tomarías, tiene que tener a su alcance la misma información. El acceso a datos de la empresa permite desarrollar mejor la creatividad, y contar con más herramientas para tomar decisiones acertadas.
Ética y cumplimiento de normas
La transparencia reduce la corrupción dentro de las empresas y empuja a todos sus miembros a elevar sus estándares de ética, evitar nepotismos y otras malas prácticas, y apostar fuertemente por la meritocracia y la recompensa al buen trabajo.
Superar las crisis
En todas las empresas hay baches, crisis y momentos en los que la reputación de cara al exterior puede verse afectada. Con una política de comunicación transparente y honesta es mucho más fácil darle la vuelta a la tortilla y volver a recuperar esa reputación perdida.