Ya hemos hablado de la importancia de definir correctamente una estrategia de movilidad corporativa y de sus distintas fases: definición de objetivos, establecimiento de planes de introducción e implantación del sistema. Pero hay otro aspecto fundamental: esta estrategia debe ir en consonancia con las políticas de la empresa para poder maximizar el ahorro de costes en la empresa.
Las estrategias de movilidad y las políticas de empresa deben caminar en la misma línea
La definición de las estrategias de movilidad corporativa, con su definición de objetivos, ejecución de planes etc. debe ir siempre de la mano de las políticas de la empresa: viajes, ahorro, productividad, políticas de personal, categorización de los empleados, etc.
Esto es muy importante para evitar caer en contradicciones en las líneas de actuación, choque de intereses y conflictos entre usuarios o empleados.
Por ejemplo, si en la política de una empresa una aspecto básico es la seguridad, debemos centrar la estrategia de implantación de smartphones y tabletas en esta cuestión, poniendo todos los medios al alcance.
Siguiendo la líneas marcada por la política de seguridad de la empresa podemos establecer una estrategia de movilidad corporativa en materia de seguridad más o menos flexible. Si la empresa se decanta por una gran rigidez, podemos optar por tomar las siguientes medidas: prohibir el uso de todos aquellos dispositivos, e incluso la actualización a un sistema operativo superior, que no lleven instalado un determinado antivirus, bloquear las redes wifis generadas por los propios dispositivos (pueden suponer un agujero de seguridad importante) o no permitir el uso de aplicaciones consideradas vulnerables, como Facebook o Angry Birds.
También se puede ser más flexible y, por ejemplo, permitir ciertas aplicaciones en determinadas horas o solo a un tipo de perfil de empleado de la empresa, como podría ser la alta dirección o los mandos intermedios.
Un exceso de seguridad puede llegar a diezmar la productividad
y, por el contrario, un entorno muy productivo es posible que
comprometa la seguridad. Por ello, siempre hay que
buscar el equilibrio entre ambos intereses
Con el tema del ahorro pasa lo mismo, son los intereses de las empresas en esta cuestión los que determinan la adquisición de una aplicación de automatización de gasto o la adopción de un sistema Bring Your Own Device (BYOD). En este último caso, hay que determinar las condiciones particulares para cada perfil de empleado: cantidad subvencionada, política de reposición, etc.
En cualquier caso, tanto el nivel de flexibilidad como otras cuestiones deben estar concretadas y pormenorizadas, con el mayor nivel de detalle posible, por las políticas de las empresas y, posteriormente, plasmadas en un plan de comunicación para que todos los trabajadores sepan a que atenerse.
