La seguridad de los viajeros de negocios es fundamental en cualquier política de viajes de una empresa. En los casos de los desplazamientos que se realizan en coche, el conductor tiene que aplicar siempre un criterio de prudencia. Cuando estos desplazamientos se realizan en invierno, hay una serie de cosas a tener en cuenta para maximizar la seguridad de los viajeros de empresa.
En primer lugar, hay que estar pendiente del parte meteorológico. Si la fecha del viaje puede flexibilizarse, vale la pena evitar días de niebla, fuertes lluvias o incluso nieve, para que el trayecto sea más seguro.
Por otra parte, nos tenemos que asegurar que el vehículo está en buenas condiciones y correctamente equipado. Esto implica las revisiones habituales (neumáticos en buen estado, niveles de aceite, estado de los frenos…), pero también disponer de cadenas si se tiene que viajar a zonas con posibilidad de nieve o hielo. No siempre se tiene en cuenta esto, sobre todo si el viaje se realiza con un vehículo de empresa, por lo que antes de salir y con suficiente antelación, habrá que comprobarlo, y en caso que el coche no esté correctamente equipado o no esté en condiciones hablar con el responsable de la empresa.
Los viajes de empresa pueden ser agotadores: mucho trabajo, mucho estrés, poco tiempo para descansar… Por esto, es especialmente importante vigilar el nivel de fatiga del conductor. En caso de que se desplacen varias personas, se pueden establecer turnos de no más de 2 horas para conducir, y si es necesario no dudar en parar para descansar, tomar el aire o incluso dormir un poco. En este sentido, es recomendable salir con tiempo de sobra hacia el destino, ya que así si tenemos que parar no tendremos problemas de horarios.
Finalmente, sea verano o invierno, al coger un vehículo de empresa tenemos que comprobar que éste tiene toda su documentación, ya que en caso de control o incluso en caso de accidente será necesaria.
