Tradicionalmente no se ha prestado la misma atención a optimizar el coste de los viajes por tierra que a otras partidas más jugosas del presupuesto de viajes de empresa. Este escenario plantea dificultades adicionales que hacen el seguimiento de los costes relacionados más difícil, pero el margen para la mejora existe.
El transporte terrestre sigue siendo por su naturaleza un campo en su mayor parte considerada “no actuable” en los viajes de negocios. Resulta difícil de atacar desde una perspectiva organizada, sin embargo existen puntos concretos que pueden mejorarse.
alternativa al avión en algunos tipos de viaje
Un punto interesante es el transporte ferroviario. En varios países, y especialmente en España, la alta velocidad se está convirtiendo en un serio competidor con las líneas aéreas. A menudo se olvida que puede ser considerado como una alternativa para algunos tipos de viajes. De hecho, muchos viajeros lo prefieren por la mayor comodidad que ofrece.
El alquiler de coches también es un entorno en el que es posible reducir costes con una buena negociación. Normalmente es un factor al que no se presta una excesiva atención en la gestión de costes de viaje, dado que habitualmente supone una partida menor comparándola con otros conceptos como el hospedaje.
El mercado de alquiler de vehículos ha sufrido en los últimos años cierta consolidación de proveedores, lo que ha hecho que cada vez más valga la pena llegar a acuerdos y que estos sean de mayor alcance.
Los costes adicionales (ancillary fees) abundan en el mundo del alquiler de coches. Una información de la que se debería disponer en las negociaciones con los proveedores son los principales conceptos que los causan en el caso de nuestra empresa. Un ejemplo podría ser equipamiento adicional (GPS por ejemplo), retornos del vehículo fuera de tiempo o por rellenar el depósito. Contemplarlos como parte de un acuerdo puede conseguir ahorros importantes.
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