Cuando el presupuesto es escaso, la solución no es eliminar completamente los viajes de incentivos, sino realizar acciones de marketing económicas, y hasta gratuitas, que tengan un resultado emocional que deje un potente y emotivo recuerdo en la mente de los invitados.
Algunas ideas low cost
En tiempos de crisis, es muy habitual y lógico que las empresas intenten reducir al máximo los presupuestos y se encuentre reacias a realizar inversiones por miedo a no poder recuperarla el coste o no conseguir los objetivo deseados.
Para reducir los riesgos de un Retorno de la Inversión (ROI) insuficiente o negativo, a continuación señalamos algunas ideas de bajo coste que pueden reducir significativamente el presupuesto sin restar calidad al viaje:
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Elegir destinos próximos o de distancia media. Conviene recordar que para la mayoría de invitados lo verdaderamente importante no es el lugar donde se va, sino las experiencias que ofrezca.
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Limitar el número de invitados seleccionándolos con sumo cuidado, por ejemplo: empleados realmente merecedores del premio o clientes importantes.
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Programar el viaje en temporada baja o en fechas en los que el destino tenga una baja ocupación. Es cierto que tendremos condicionantes negativos, como el clima más adverso o la reducción de horas de luz, pero con imaginación podremos compensar esos inconvenientes.
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Practicar el co-branding. Una alianza con una marca o empresa relacionada puede reducir los gastos de organización y, si se trata de compañías de prestigio, incluso potenciar la imagen de marca.
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Sustituir los regalos caros por detalles de alto impacto emocional pero mucho más económicos.
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Las cenas de gala casi han pasado a la historia. Hay que probar a sorprender con una cena temática u originales experiencias gastronómicas en restaurantes acogedores, auténticos, sorprendentes y encima más baratos. Los menús imaginativos, sanos, elaborados con productos locales pueden gustar tanto como una cena compuesta por aperitivos, tres platos y postres.
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No es necesario programar muchas actividades. Es una buena forma de ahorrar costes y además los invitados suelen estar más contentos al tener más libertad para disfrutar del lugar de destino.
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Valorar la posibilidad de contratar un hotel en las afueras. El precio puede reducirse considerablemente y si se cuenta con un autobús a disposición de los invitados para desplazarse, el que el alojamiento esté algo alejado no tiene porqué suponer una molestia demasiado importante.
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Comparar los precios y horarios de las compañías aéreas. Si bien es cierto que, a veces, la calidad de las compañías low cost es baja, se puede compensar invirtiendo parte de lo ahorrado en mejorar los servicios en destino.
Para el presente post, hemos contado con la ayuda de:
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