Los últimos meses han sido atípicos. La percepción que teníamos era la de que el mundo se había detenido, pero después del confinamiento nada ha vuelto a ser igual. Hemos modificado nuestras rutinas y estamos viendo cómo se han ido produciendo cambios en el mercado de trabajo. Uno de los más destacados es la transformación que ha sufrido la percepción del teletrabajo en las empresas españolas. De fórmula residual a adopción generalizada. De ser rechazada por muchos empresarios, a tabla de salvación. Sin el trabajo a distancia, muchas empresas no habrían logrado sobrevivir al confinamiento. Y en Recursos Humanos lo saben.
Si una cosa ha quedado clara es que la pandemia ha precipitado una serie de cambios en el mercado laboral que venían siendo demandados desde hace tiempo pero que pocas empresas habían empezado a aplicar. La implantación generalizada del teletrabajo es la muestra más evidente.
Hasta hace nada, hablar de teletrabajo a una empresa española era casi como proponerle cobrar lo mismo “por trabajar menos horas”. Muchos directores de Recursos Humanos tenían la falsa creencia de que los trabajadores que pedían desempeñar parte de su jornada laboral desde casa, iban a descuidar sus obligaciones laborales. La llegada de la COVID-19 y el consiguiente confinamiento traerían consigo cambios en esta mentalidad
Ahora, su lista de ventajas del trabajo en remoto va creciendo. Su percepción del teletrabajo ha cambiado para mejor: han constatado que aumenta la productividad, ha servido para ofrecer innovación en el trabajo, favorece que los empleados adquieran más y mejores competencias digitales, y sobre todo, se han dado cuenta de la importancia que tiene confiar en la plantilla, saber que van a cumplir con sus objetivos sin necesidad de ser controlados constantemente.
Nadie mejor que uno mismo sabe a qué horas es más productivo y, por tanto, cuándo debe sentarse frente al ordenador. Siempre será mejor trabajar cuando podemos dar lo mejor de nosotros mismos, aunque sea fuera del horario de oficina.
Es más, no son pocos los que se han dado cuenta de que estaban agendando un montón de reuniones innecesarias que solo servían para perder tiempo productivo de trabajo. Con una videoconferencia corta para organizar la jornada y hablar de las cuestiones esenciales ha sido suficiente en la mayoría de los casos.
Conclusión: el teletrabajo también ha servido para que los departamentos de personal se percatasen de que su empresa no estaba bien organizada. Al mismo tiempo, se han empezado a implantar herramientas que no solían utilizarse. Una de las más eficaces son los programas para medir los picos de productividad que dan una idea de lo que funciona en una empresa y de los cambios que hay que realizar.
Preparados para el ‘trabajo híbrido’
Pero no solamente se ha producido un cambio de percepción en las empresas. Los trabajadores también tienen las cosas más claras. Un reciente estudio elaborado por Adecco indica que en poco más de tres meses, en España hemos pasado de tener menos de un 8% de trabajadores teletrabajando una vez a la semana, a considerar esta fórmula como la primera opción para empresarios y empresas.
De las encuestas realizadas, han sacado como conclusión que el mundo está listo para instaurar el “trabajo híbrido”. De hecho, el 80% de los empleados españoles considera que la flexibilidad es un factor clave para su futuro profesional, y un 77% asegura que la mejor forma para poder avanzar en su posición actual es combinando el trabajo a distancia con el presencial.