10 millones de españoles practicaron el trabajo remoto durante el confinamiento. ¿Quiere eso decir que las empresas ya están preparadas para afrontar el teletrabajo de forma permanente? A tenor de los estudios realizados hasta la fecha, no del todo. Algo han aprendido, pero quedan muchos flecos pendientes. Te lo explicamos en este artículo.
El teletrabajo era una de las asignaturas pendientes de las empresas españolas. Los trabajadores lo demandaban para conciliar, pero las compañías preferían tener a sus empleados en las oficinas.
Hasta que llegó el confinamiento y con él, las medidas laborales por el COVID-19. Entonces, no quedó más remedio que implantar esta fórmula del trabajo en remoto. Ahora que el estado de alarma ha finalizado, toca hacer balance de la experiencia.
Durante los últimos días se ha hablado mucho de este asunto y todo parece apuntar a que el teletrabajo ha llegado para quedarse. El problema es que muchos de los trabajadores que antes pedían trabajar desde casa, se han desengañado. De hecho, la IV Encuesta Funcas sobre el coronavirus concluye que solo el 30% de los empleados que realizaron teletrabajo durante la pandemia del COVID-19 quieren seguir haciéndolo. Buena parte de la culpa de que esto sea así es que no han podido separar la vida personal de la laboral. El derecho a la desconexión digital no siempre se ha cumplido.
Llamadas fuera de hora, emails enviados cuando se supone que había finalizado la jornada laboral y falta de planificación han sido los grandes hándicaps de este experimento.
¿Qué es lo que ha demostrado por tanto el teletrabajo después de estos meses de confinamiento? Vamos a verlo.
Más productividad a un coste menor
Una de las enseñanzas más positivas es que las compañías han visto que los trabajadores no tienen que estar calentando la silla para demostrar que están involucrados. Por lo general, la productividad no se ha visto afectada.
A eso se suma el hecho de que tener a parte de la plantilla trabajando en casa supone una reducción de costes. El ahorro por empleado supera los 9.000 euros anuales solo en gastos de oficina, según un estudio elaborado por GWA.
Todo ello ha conseguido cambiar la mentalidad de muchos empresarios.
El teletrabajo no puede improvisarse
Pero implantar el teletrabajo no es solo enviar a los empleados a sus casas. Este debe planificarse. Para sacar todo el potencial al teletrabajo para empresas y conseguir el engagement de la plantilla es necesario hacer algunos cambios:
- Establecer un marco regulador.
- Formación para todo el equipo.
- Trabajar por objetivos.
- Eliminar los elementos que puedan generar confusión, tales como la duplicidad de órdenes. Para evitarlo es fundamental que todos los miembros de la compañía trabajen con la misma plataforma.
- Fragmentar los procesos para agilizar las tareas.
- Establecer una rutina, con un horario de trabajo que hay que respetar para que los empleados no sientan que están invadiendo su vida personal. No hay que perder de vista que una de las ventajas del teletrabajo es tener una flexibilidad que permita conciliar.
Empresas y teletrabajo: Adiós a la instalación de programas físicos
Los programas informáticos instalados en los equipos de la oficina están siendo sustituidos por herramientas en la nube. Gestión de tareas, comunicación, contabilidad… La implementación de softwares digitales ha sido fundamental para agilizar los procesos cuando los departamentos están deslocalizados. Las compañías han visto en estas herramientas un potente aliado.
El talento puede estar fuera
Muy pocos sectores han escapado una crisis de empresa por el coronavirus. Además, la forma de vender ha cambiado y ya es palpable la necesidad de contratar a profesionales con unas determinadas aptitudes.
Gracias al teletrabajo, las empresas han visto ampliado el abanico de candidatos, pues la “residencia en la provincia del puesto vacante” ya no será un requisito imprescindible para la contratación.
Certificado de sostenibilidad
Con la mayoría de la población trabajando desde casa, los niveles de contaminación se redujeron muchísimo. Y hoy en día la sostenibilidad es una baza importante para las empresas. Las compañías que antes utilicen ese valor añadido a su favor, tendrán ventaja.