La industria farmacéutica se ve forzada constantemente a revisar su estrategia para maximizar los ingresos derivados de las patentes que poseen y para acelerar la creación de nuevos medicamentos. Esta competición diaria la convierte en uno de los sectores que tienen que invertir más recursos en I + D. Y aquí es donde entra en juego el Business Intelligence (BI).
La industria farmacéutica española aumentó un 12% su cifra de negocios durante el último año (fuente: INE). Estos resultados pueden dar a entender que el sector genera buenos resultados. Lo que no dicen es que la industria farmacéutica se ve amenazada continuamente por cuestiones como la caducidad de las patentes o la exigencia del marco regulatorio.
Gracias a las novedades tecnológicas y a la automatización de los procesos todos los departamentos de la organización están mejor preparados para optimizar la producción y distribución de los productos farmacéuticos.
Beneficios de las novedades tecnológicas para la industria farmacéutica
A continuación, listaremos las principales ventajas de la inteligencia empresarial en la industria farmacéutica.
- Fomenta la toma de decisiones de una forma ágil y precisa.
- Es posible hacer un análisis del negocio en profundidad, gracias a que los responsables pueden acceder rápidamente a la información.
- Permite reaccionar rápidamente ante los cambios del mercado, lo que se traduce en una mayor efectividad.
- Es más sencillo predecir el comportamiento de los clientes, lo que facilita la labor de los departamentos de marketing y ventas.
- Ayuda a encontrar nuevas oportunidades de negocio.
- Mejora la planificación y, con ello, se ahorra tiempo.
- Al ahorrar tiempo, la productividad aumenta.
- Reduce los costes operativos.
- Ofrece una mayor capacidad de reacción ante las modificaciones de las normativas legales y los procesos de aprobación.
- Aporta las herramientas necesarias para cumplir con los requisitos exigidos en materia de seguridad, salud y medio ambiente.
- El BI en la industria farmacéutica permite optimizar los procesos en todas las áreas, desde la producción hasta el suministro pasando por el almacenamiento. Si nos detenemos a analizar el impacto en la cadena de suministros, las ventajas se amplían. Es posible, por ejemplo, hacer un seguimiento a los lotes si estos se identifican por el certificado de origen y la identificación de los proveedores. Además, se reducen los costes de almacenamiento.
- También el área de contabilidad se verá beneficiada con una mayor transparencia en las cifras.
- Fomenta la integración de los procesos, hecho que mejora la colaboración entre los equipos.
- Se pueden crear patrones de enfermedades, hacer diagnósticos más eficientes y realizar mejoras en la planificación e interpretación de los resultados.
- Es posible mejorar la predicción de la seguridad y la eficacia de un fármaco.
- Las empresas pueden saber en tiempo real en qué estado se encuentran sus equipos y servicios. Por ejemplo, si la temperatura de las cámaras frigoríficas es la adecuada.
- Gracias al programa y sistema ERP para laboratorios farmacéuticos, estas compañías pueden, entre otros, gestionar de manera inteligente las recetas y fórmulas, los inventarios de materias primas, los subproductos, coproductos y el rendimiento.
El impacto de la cadena de bloques en la industria farmacéutica
Hasta ahora hemos hablado de las ventajas generales que ofrece el BI a la industria farmacéutica. Pero hay una tecnología que tiene múltiples aplicaciones en todas las áreas de la sociedad, y el sector farmacéutico no es una excepción. Hablamos de la blockchain o la tecnología de la cadena de bloques.
Recientemente se ha empezado a hablar de la intención de crear una red llamada Pharmchain. Pues bien, cuando se ponga en marcha esta u otra similar, los beneficios aumentarán tanto para la industria como para los pacientes. ¿Qué supondría algo así para el sector? Entre otros:
- La posibilidad de registrarlo todo sin correr el riesgo de que nadie pueda alterar o robar los datos.
- Los datos personales de los pacientes estarían encriptados.
- A partir de febrero de 2019 será obligatorio cumplir la directiva sobre medicamentos falsificados (2011/62/UE). Esto va a suponer un enorme trabajo para la industria farmacéutica, que deberá dotar a cada envase de un número de serie que asegure su trazabilidad. Con herramientas como Pharmchain se podrían gestionar de forma automática pedidos, devoluciones, caducidades, cambios de precios, la retirada de lotes en caso de alerta sanitaria o, incluso, avisar a los pacientes a quienes se les hayan dispensado dichos medicamentos.
