En el seno de muchas empresas uno de los sueños de expansión pasa por construir un proyecto a nivel internacional que permita penetrar en nuevos mercados. Una estrategia que suele comportar un desplazamiento de profesionales para que trabajen in situ. Descubre las ventajas y los riesgos en el siguiente post.
Hacer negocios internacionales implica, casi de manera implícita, contemplar el trabajo a distancia de una parte del equipo. Aunque en una primera parte de la internacionalización hay una etapa de estudio del mercado y contactos virtuales, siempre llegará el momento en que se hace necesario una expedición sobre el terreno.
Es decir, tomando esta metáfora bélica es el momento de llevar la estrategia empresarial sobre el terreno. Entonces es cuando el trabajo a distancia pasa a formar parte de la rutina de algunos de los miembros del equipo a los que se les ha encargado esta misión.
Así, emprender una nueva aventura laboral en el extranjero puede ser una oportunidad per a la empresa en lo que a negocios internacionales se refiere. De hecho, en muchos casos se puede convertir en uno de los ejes principales de la estrategia de crecimiento de la empresa.
La importancia de la adaptación cultural en el trabajo a distancia
Entre muchos de los factores que la empresa debe tener en cuenta está la adaptación del equipo desplazado al extranjero. Uno de los trabajos previos es preparar el equipo desde una perspectiva de cross cultural. Es decir, un acercamiento a la cultura del país de destino desde el respeto y la voluntad de comprensión.
Además, es fundamental que los trabajadores desplazados puedan también contar con esta información ya que es necesario para que puedan entender mejor el funcionamiento socio-cultural de su destino y, en definitiva, del mercado en el cual deben sumergirse.
Una vez realizado este ejercicio será más fácil establecer lazos de complicidad con potenciales clientes en el nuevo mercado y llegar a conseguir acuerdos empresariales.
Por tanto, este cross cultural puede garantizar el buen rumbo de los negocios internacionales pero también evitar el tan temido choque cultural de sus trabajadores. Un choque que se asocia al estado de angustia que puede sufrir una persona que se traslada a un ambiente culturalmente desconocido.
En definitiva, el hecho de afrontar este desplazamiento laboral al extranjero desde un punto de vista de conocimiento va a permitir una visión menos etnocentrista y abordar la aproximación desde el relativismo cultural.
El perfil de los empleados que vayan a desempeñar el trabajo a distancia
También es importante asegurarse de que los trabajadores que van a formar parte de esa aventura empresarial tengan capacidad de aprendizaje, puedan adaptarse fácilmente a los cambios, sean capaces de tomar decisiones rápidamente, sepan trabajar en equipo, tengan dotes para la comunicación y lo que es muy importante, estén comprometidos con el proyecto.
Con eso ya tendrás mucho ganado. Pero es fundamental que no se sientan desplazados por el simple hecho de no estar en el mismo espacio físico que el resto de sus compañeros. ¿Cómo se consigue eso?
• Teniendo en cuenta los diferentes husos horarios. Si vas a celebrar una reunión, asegúrate de hacerlo en un horario durante el cual el trabajador a distancia también esté en horario de oficina. O por lo menos que no coincida con las horas en las que está durmiendo.
• Cambia la sala de reuniones por el Face Time.• Cuando la empresa tome una decisión importante, házselo saber enseguida, que no se entere por casualidad durante alguna conversación con otro compañero.
• Intenta estar disponible cuando tenga una duda, para que no sienta que está solo en esto.
Consejos para organizar el trabajo a distancia en negocios internacionales
Cuando se tiene más de una delegación, la organización puede convertirse en un caos y tendrás empleados que ni se conozcan. Puedes solucionar parte de estos problemas con unas sencillas acciones:
• Elabora un plan de trabajo con objetivos claros para que los trabajadores a distancia sepan qué tienen que hacer, sin importar a qué hora lo hacen.
• Establece unos horarios en los que todo el equipo, el de casa y el de fuera, pueda coincidir para que los trabajadores puedan comunicarse entre ellos.
• Mide el trabajo por su calidad, no por el volumen.
• Si necesitas saber si ha habido progresos, pide que te envíen reportes periódicos. Los gestores de proyectos se inventaron para situaciones como esta.
• Si no te fías, puedes monitorizar la actividad de los trabajadores a distancia utilizando aplicaciones.
• Utiliza herramientas online que permitan que tus empleados trabajen en equipo, aunque no estén físicamente en la misma oficina. Chats corporativos, alertas informativas o gestores de tareas son tus aliados. Lo mejor es que dicha herramienta de comunicación incluya audio, vídeo, chat, que soporte el envío de archivos, que cuente con aplicación móvil y con una versión web. Por supuesto, toda la información hay que guardarla en la nube.
No te olvides tampoco de facilitar a los trabajadores desplazados una infraestructura adecuada para que puedan desempeñar su trabajo sin problemas, tal y como lo harían si estuvieran en la oficina. Si tienen que utilizar su propio portátil, pagarse una línea de teléfono y contratar por su cuenta una conexión a Internet en un país del que no conocen nada, mal empezamos. Deja todos esos detalles resueltos antes de su expatriación.
Cuando es el jefe el que hace el trabajo a distancia
Todas las recomendaciones anteriores pueden aplicarse si el que se pasa mucho tiempo en la oficina del extranjero es el jefe. Pero en este caso, para asegurarse de que todo sigue funcionando como está mandado, tienes que tomar una serie de medidas. Empezando por hacer un planning detallado de todo lo que quieres que hagan los trabajadores, con distribución de tareas, plazos y planes B por si algo no sale como estaba previsto.
Es importante, además, que los trabajadores sepan dónde encontrarte. Deja una dirección y un número de teléfono en el que vayas a estar localizable. No estaría mal tampoco que empezaras a delegar para que sea otra persona quien pueda tomar decisiones que no necesiten tu aprobación explícita.